Una testigo desaparecida hace 8 años llama al juzgado y frena un juicio que dura ya 12

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

La vista sienta en el banquillo de la Audiencia de Pontevedra a alguno de los implicados en la operación Carioca

29 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Instantes antes de que comenzara ayer en Pontevedra un juicio por prostitución en el que están acusados alguno de los implicados en la operación Carioca, la Audiencia recibió una extraña llamada. La de una mujer que aseguraba ser Cristina, nombre clave de la testigo protegida de esta causa y desaparecida hace ocho años.

Informado el fiscal, este requirió a su interlocutora que acudiera a un puesto de la Guardia Civil para que los agentes dieran fe de su identidad. No pudo ser. La mujer, de origen colombiano, se oculta en un pueblo de fuera de Galicia que carece de cuartel, por lo que le pidieron que se desplazara hasta el Ayuntamiento. Así, la secretaria municipal pudo cotejar el DNI de la persona que tenía delante y el fiscal pudo confirmar que se correspondía con el de la testigo protegida. Esta afirmó que se había enterado de la celebración del juicio y que estaba dispuesta a declarar. A la postre, esta decisión significó la suspensión y aplazamiento de la vista oral -se retomará el 20 de marzo-. No fue algo baladí, ya que la causa acumula casi media docena de suspensiones y aplazamientos en los últimos doce años. En todo caso, los magistrados de la Audiencia tuvieron, eso sí, ocasión de escuchar a cinco de los siete acusados. Manuel Ulloa Manteiga, Melenas, y José Isolino Rico Chorén, Rico, siguen huidos de la Justicia.

De este modo, José Manuel García Adán, supuestamente principal implicado en la trama lucense, señaló que las mujeres estaban hospedadas en el negocio que gestionaba en Poio: «Si hacían algo, los hacían por su cuenta». Añadió que en su local había libertad deambulatoria y que existían tres teléfonos públicos operativos de monedas.

El resto de los encausados también negaron los cargos.