La sequía afecta ya al nivel de los ríos, a embalses y a los cultivos

m. cheda / s. basterrechea SANTIAGO, REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

PILI PROL

La Xunta constata problemas de suministro de agua en zonas rurales

23 feb 2012 . Actualizado a las 16:24 h.

En pleno febrero, los embalses gallegos destinados al abastecimiento humano se encontraban anteayer, como promedio, al 72,2 % de su capacidad, según datos facilitados por la Consellería de Medio Ambiente. Se trata de un valor ligeramente superior al registrado en igual fecha del 2011 (70,7 %), pero muy inferior al alcanzado durante el lustro anterior: 82,5 %. En definitiva, es un nivel anormalmente bajo. Y eso en las ciudades, porque fuera de ellas, en el campo, la situación pinta incluso peor, con problemas de consumo en capilla y problemas agrícolas ya palpables.

En el último año, Galicia ha pasado de la sequía meteorológica (escasez pluviométrica continuada) a la agrícola (el déficit se prolonga de 3 a 6 meses y afecta a los cultivos), y de ahí ha aterrizado de lleno en la sequía hidrológica (la falta de precipitaciones es continuada durante 12 o más meses y tiene efectos en el nivel de los ríos, embalses y acuíferos). Así, según un informe interno de MeteoGalicia, en este mes de enero el índice de precipitación estandarizada -que permite fijar el principio y el fin, así como la intensidad, de un período de sequía- confirmó que Galicia arrastra un episodio extremadamente seco desde hace un año.

De ahí que, ayer, en la inauguración del congreso sectorial Aqua?12 que se celebra en Santiago, el propio presidente de la Xunta advirtiese en público: «No queremos pecar de alarmistas, pero no podemos malgastar una sola gota de agua». Feijoo hizo un «llamamiento a la responsabilidad de todos en el uso del agua» y añadió, ante dos centenares de expertos, que «el abastecimiento a las grandes ciudades está garantizado, no así a algunas zonas del rural».

Urbes abastecidas hasta otoño

En efecto, según lo precisado luego por un portavoz de la Xunta, las urbes gallegas tienen garantizado el suministro hasta este otoño «con la reserva existente, aun en el supuesto de que casi no lloviese». No obstante, en puntos del rural dependientes de pequeñas redes, o bien de pozos particulares que se alimentan de aportaciones subterráneas, ya han comenzado a detectarse dificultades derivadas del bajo régimen de precipitaciones. «Augas de Galicia mantiene un sistema de vigilancia mano a mano con los ayuntamientos para detectar esas disfunciones y ponerles solución, en caso de que sea necesario, por vía de urgencia», matizó la misma fuente. De hecho, la Xunta acaba de iniciar, con un coste de 280.000 euros, una de esas obras de emergencia en la parroquia de Recelle, Portomarín (Lugo), actuación de la que se beneficiarán 500 vecinos.