Apenas 30 mancomunidades funcionan en Galicia, y muchas sin resultados

p. b. m. redacción / la voz

GALICIA

20 feb 2012 . Actualizado a las 10:34 h.

La amplia mayoría del 81 % de los alcaldes gallegos que dicen no a la fusión de concellos optarían por mancomunar servicios entre municipios para reducir costes. «Creo que as mancomunidades ben organizadas poden suplir á fusión», dice, por ejemplo, el alcalde de Burela, José María Barcia (PP). Tener en común un punto limpio, la recogida de basuras, compartir trabajadores o maquinaria son algunas de las alternativas que ya funcionan o que otros verían bien: «Compartir la secretaria del Concello, el informático o el arquitecto. Así se ahorrarían sueldos», propone el alcalde de Trasmiras, Emilio José Pazos (PP). Hay regidores cuyos concellos forman parte de estas superestructuras y que hacen un buen balance de su funcionamiento, pero no ocurre así en buena parte de los casos. Otra cosa son las colaboraciones puntuales, pero lo cierto es que, en Galicia, las mancomunidades como tal no acabaron de cuajar.

En un informe reciente del Consello de Contas figuran algo más de 40 instituciones de este tipo en la comunidad. Pese a ello, apenas treinta -según la información facilitada por las Redacciones de La Voz- funciona mínimamente, muchas con dificultades y algunas dedicadas solo a cuestiones turísticas. La mancomunidad de O Morrazo, en Pontevedra, tiene actualmente una deuda de 10 millones de euros. Nacieron con buenas intenciones, pero se fueron quedando en el camino. En la provincia de Ourense, 56 de los 92 concellos pertenecen a alguna, más o menos activas. Varias, como la de Valdeorras y otras de Galicia, se acabaron diluyendo. Las acusaciones de ser dirigidas más por criterios políticos que de gestión es una de las principales razones para que eso ocurra.

Compartir la traída de agua es, en muchos de los casos, lo que justifica su existencia. Se explotan para poco más, de ahí que algunos alcaldes pidan que se potencien y, otros, en cambio, las consideran «un desastre, porque unos pagan y otros no». Así lo subraya, por ejemplo, el popular Julio Pérez, alcalde de Vilar de Barrio. El camino que unos apuntan para otros no ha sido válido, pero la crisis de las haciendas locales está ahí y «hay que buscar una solución, porque con la recaudación no llega ni para el alumbrado público», sentencia el alcalde de Montederramo, Antonio González (PP).