Mientras las bases de Máis Galiza instan a sus cuadros en prácticamente toda la comunidad a romper definitivamente con la UPG, ambos grupos sellaron ayer en Vigo un pacto inédito en el actual escenario del nacionalismo gallego, con la intención de poner en marcha un nuevo mandato de sus consellos locales y comarcales de manera compartida.
Liderados en Vigo por el concejal Santiago Domínguez, los integrantes de Máis Galiza apostaron por mantener la unidad orgánica y de acción, lo que les llevó ayer a repartirse por igual con Alternativa pola Unidade (en la que se integra la UPG) los puestos del consello local, de la misma manera que hoy ocurrirá con el consello local.
Como sucedió tras la última asamblea nacional y hasta la marcha de Encontro Irmandiño de la ejecutiva del BNG, los representantes del Movimento Galego ao Socialismo ejercerán, si es necesario, el papel de árbitros en ambos órganos.
La propuesta de pacto recibió el 96 % de los votos de los asistentes a una asamblea celebrada ayer, lo que pone en evidencia el cierto distanciamiento que los integrantes de Máis Galiza de Vigo mantienen desde hace meses del resto de la corriente. El propio Domínguez ha reiterado en varias ocasiones que aunque la asamblea de Máis Galiza decida el próximo 11 de marzo romper con el Bloque, su intención es la de seguir como concejal de la organización en el Concello de Vigo, y portavoz del grupo, mientras así lo estime el frente nacionalista.
En Baiona, sin embargo, el sector mayoritario de la formación y que pertenece a Máis Galiza, ha manifestado su predisposición a dejar el BNG, que en la villa pontevedresa solo cuenta con cuatro militantes de la UPG, según su dirección.