La imposible coalición electoral del Bloque con los escindidos

Mario Beramendi Álvarez
MARIO BERAMENDI SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

16 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunas pocas semanas de la asamblea decisiva de Máis Galiza, en la que decidirá sobre su continuidad en el BNG, son muchos los interrogantes que surgen.

¿Es posible una alianza electoral del BNG con los que salgan?

La respuesta es negativa por varios motivos. Primero, por la férrea oposición de la UPG y del resto al respecto, que defiende que no hay espacio para dos fuerzas y cree que sería una cesión generosa a los escindidos. Y segundo, porque Máis Galiza tendría dificultades para explicar a la opinión pública cómo se va de un frente por desacuerdo y a los pocos meses aparece con él del ganchete para unas autonómicas.

¿Abordó este asunto la corriente de Aymerich?

En Máis Galiza hay dos posiciones claras y enfrentadas: los que quieren marcharse a un proyecto alternativo, tesis defendida por el ala juvenil y un sector de la dirección, y los que creen que es mejor quedarse en el BNG en aras de preservar la unidad del nacionalismo, como sostiene Aymerich. La posibilidad de que Máis Galiza como nuevo partido (cuya constitución sí se aprobará en la próxima asamblea) se escindiese y fuese en coalición con el BNG se propuso como hipotética solución intermedia por parte de un sector minoritario, pero nunca obtuvo el respaldo de toda la dirección, a sabiendas de que es una alternativa inviable.

¿En qué situación está Máis Galiza?

Tanto si opta por salir del BNG como si se queda le aguarda un futuro muy difícil. Primero, porque pase lo que pase en su asamblea de marzo, la corriente está abocada a una ruptura. Decida o no permanecer, parece seguro que sufrirán bajas en las bases y a lo mejor en parte de la cúpula. Otro sector de la dirección y algunos alcaldes, en cambio, podrían quedarse en el BNG.

¿Cuál es el escenario más probable?

Es muy difícil predecirlo. Primero porque no es una corriente homogénea y que actúe de forma ordenada. Militantes como Pérez Bouza y partidos que estaban integrados, como Esquerda Nacionalista, ya han dicho adiós. Y ahora no ostenta un liderazgo para influir en el resto de la corriente. Algo que sí hizo Beiras con los irmandiños, pero que no parece que Aymerich esté en condiciones de reproducir en Máis Galiza. Eso es lo que explica que haya entrado en la agenda de su asamblea el debate de continuar o no en el BNG, algo sobre lo que Aymerich nunca tuvo dudas reales. A esto se suma otro factor clave en Máis Galiza: es una corriente desarticulada, con una dirección dividida, cuyo líder pagó un alto precio -por la última asamblea del BNG, pero que tiene en cambio algo importante. Veinte alcaldes. Su voz será determinante.