La asamblea del Bloque deja el frente dividido en dos mitades

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Jorquera y Guillerme Vázquez, elegidos para la Xunta y la portavocía por estrecho margen

30 ene 2012 . Actualizado a las 14:10 h.

La propuesta de Alternativa pola Unidade (ApU), corriente liderada por la Unión do Povo Galego (UPG), se impuso ayer en la decimotercera asamblea nacional del BNG por un ajustado margen y por el apoyo de la corriente más minoritaria, el Movemento Galego ao Socialismo (MGS), que decantó la balanza en favor del partido mayoritario. En contra de lo previsto, la movilización del voto alternativo a última hora de la mañana hizo que se equilibraran las fuerzas a favor de la plataforma por la regeneración, promovida por Mais Galiza y el Encontro Irmandiño, lo que deja un BNG partido en dos grandes mitades.

Francisco Jorquera, aspirante propuesto por ApU para la presidencia de la Xunta, logró el respaldo de 2.338 afiliados, frente a los 2.043 de su oponente, Carlos Aymerich, lo que lo coloca como el nuevo cabeza de cartel electoral del BNG para las próximas autonómicas. Mucho más reñida fue la lucha por configurar el consello nacional y elegir portavoz, una batalla a la que concurrían tres listas.

En la primera vuelta, ApU, con Guillerme Vázquez, obtuvo el 48,7 % de los sufragios (2.164); la plataforma alternativa liderada por Beiras, el 45,6 % (2026) y la candidatura del Movemento Galego ao Socialismo (MGS), de Rafa Villar, el 5,5 % (248). Al no lograr ninguna de las tres listas el 51 % se hizo necesaria una segunda vuelta, en la que el MGS jugó un papel determinante para desempatar a favor de Guillerme Vázquez, el candidato de ApU. La corriente más minoritaria justificó su apoyo a la reelección del portavoz al entender que Beiras había sido, en fechas recientes, un elemento clave en la división del BNG por airear críticas fuera del frente.

Tras una segunda vuelta, los 300 votos del MGS fueron a parar al saco de la UPG: Guillerme Vázquez se imponía así por 2.123 sufragios frente a los 1.823 logrados por Beiras. Los irmandiños y Máis Galiza interpretaron el resultado como una dulce derrota, en la que quedaba de manifiesto la existencia de dos grandes polos, el representado por una corriente cada vez más mayoritaria que demanda un cambio y el que encarna la UPG, que dirige el frente desde su fundación.

Rematado el escrutinio, un Beiras exultante era aclamado por los suyos poco antes de entrar a la clausura. Un júbilo que obedecía a la propia evolución de la jornada. Antes de votarse las candidaturas por la mañana, el plenario sometía a referendo el texto político y organizativo de referencia, que era el propuesto por la UPG.

El resultado no pudo ser más desalentador para la plataforma alternativa conformada por el Encontro Irmandiño y Máis Galiza: la militancia arropaba las tesis de la UPG con casi un 70 % de los votos; 1.997 sufragios favorables por solo 990 en contra. Es decir, que en unas pocas horas, la candidatura alternativa a la ApU, logró recabar el voto de más de mil afiliados, la mayoría de los cuales se había acreditado solo para las votaciones a la candidatura a la Xunta y al consello nacional.

Un empujón de última hora que deja un frente dividido en dos grandes sectores, separados cada vez por un margen más estrecho, lo que evidencia que el discurso de las corrientes alternativas sobre la necesidad de un cambio tiene cada vez mayor calado en la militancia nacionalista.