Lo que parecía casi imposible sucedió ayer. El alcalde de O Irixo y los vecinos descontentos con la noticia de la instalación de la planta de residuos del sur de Galicia se reunieron, después de semanas de desencuentros, pancartas y declaraciones de uno y otro lado. Pero no fue un encuentro al uso. Aunque los vecinos anunciaron que llevarían la documentación en burro, al final el animal se resistió tanto que los vecinos, casi todos pertenecientes a la plataforma Incineradora no Irixo, Non, acudieron con los informes en la mano. Pero al alcalde lo encontraron en la calle. Mejor dicho, en su coche a punto de abandonar el lugar. Manuel Penedo tuvo que aplazar su marcha y en su despacho escuchó a los vecinos que antes habían registrado en el Concello diversa información sobre el perjuicio de la incineración. «¿Por que non busca alternativas á incineradora?, ¿vai haber un vertedoiro incontrolado?», fueron solo algunas de las dudas de los vecinos que portaban un cartel en el que se podía leer: «Non somos nin aparelladores, nin poetas nin curas. Vimos informarnos». El alcalde aseguró que enviará los informes a la Xunta y a la empresa.