Iban de excursión a Asturias y terminan en el funeral de Fraga

Elisa Álvarez González
elisa álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

«Dixeron que quen poñía o coche era a Xunta, e que ía para Santiago», aseguran los vecinos de Lugo.

22 ene 2012 . Actualizado a las 22:34 h.

El funeral en memoria de Manuel Fraga acabó teniendo ciertas reminiscencias con la visita de Benedicto XVI a Santiago. Mucha expectación, un Obradoiro plagado de seguridad y menos afluencia de gente de la que se esperaba. Y algunos fueron incluso sin saberlo. Francisco López presenció la misa desde la histórica plaza compostelana. A las siete de la mañana, él y su mujer estaban puntuales para subirse a un autobús camino de Asturias, pero al llegar, el destino era otro, Santiago. «Dixeron que quen poñía o coche era a Xunta, e que ía para Santiago». Solo se bajaron dos o tres, porque el resto pensó que una vez pasado el madrugón, mejor era Santiago que quedarse en casa.

Salvados los pequeños cambios de ruta de última hora, en la catedral, llena, y en el Obradoiro, a medio gas, se reflejaba la admiración por el expresidente de la Xunta. Segunda Míguez también vino en autobús, desde Burela, pero ella vino a conciencia. No solo apreciaba mucho a Manuel Fraga, sino que le está muy agradecida por el telegrama que mandó a su padre al convertirse en centenario. «Morreu con 105 anos, e tanto el coma eu admirabámolo moito».

No solo había jubilados rindiendo homenaje al de Vilalba. Eduardo, Miguel y Juan, de 24 años, estuvieron en primera fila en el Obradoiro. «Se cierra un ciclo de líderes de masas y un referente, el resto de los políticos son grupos de trabajo. Él era el Gobierno», dice Eduardo.

A José Fernández, de 81 años y con bastón, la policía tuvo a bien dejarlo sentar en un banco de piedra, aunque eso sí, sin nadie que lo acompañase, ya que en esa parte del Obradoiro «no se permite el acceso», recordaba un agente. Procedente de Dena, en Meaño, apreciaba y respetaba a Fraga, porque, como dice José, «eu socialista non son, iso xa llo digo redondo». Los que acudieron a darle el último adiós en Santiago destacaron del de Vilalba su capacidad de trabajo, su peso en la transición «y que supo llevar la extrema derecha al centroderecha», señalaba Ricardo.

Del Eurojúnior al Obradoiro

Con una puntualidad que le hubiese gustado al homenajeado, al finalizar la misa en la catedral autoridades y familia se reunieron en una tribuna en el Obradoiro, donde se proyectó un emotivo vídeo sobre el expresidente. El acto finalizó con el himno gallego interpretado por Miriam Figueiras, una joven finalista del Eurojúnior, acompañada de la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense.