Negueira se queda sin colegio tras la marcha de sus cuatro alumnos

benigno lázare LUGO / LA VOZ

GALICIA

<span lang= es-es >Un colegio sin niños</span>. A la izquierda, el centro escolar. Arriba, el padre de los cuatro únicos alumnos que acudían a este colegio.
Un colegio sin niños. A la izquierda, el centro escolar. Arriba, el padre de los cuatro únicos alumnos que acudían a este colegio. manuel< / span>

Los escolares, hermanos adoptados por dos familias, van a clase en Asturias

12 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Varias circunstancias en carambola originaron precipitadamente el cierre del colegio de Negueira de Muñiz, primer municipio lucense que se queda sin centro educativo. Los cuatro alumnos que tenía eran hermanos y en las pasadas Navidades les fue retirada la custodia a los padres y entregados en adopción temporal a otras familias de la zona. Por motivos no aclarados, pero parece ser que relacionados con intereses vinculados al transporte escolar por parte de una de las familias adoptantes, tras las vacaciones fueron llevados al colegio de Ibias (Asturias), también escaso de alumnos.

El lunes todavía funcionó el comedor, porque oficialmente el centro sigue en servicio, pero el martes ya no, a pesar de que los profesores siguen acudiendo. La directora afirmó que carece de información oficial sobre la situación y se limitó a confirmar lo obvio, que se quedaron sin alumnos.

A pesar de saber que el colegio probablemente quedaría clausurado a final de curso, esta precipitada decisión fue un mazazo para Negueira, municipio que no llega a los 200 habitantes. Además de los dos profesores que impartían las clases y otra maestra de religión que acudía los lunes, se quedó sin trabajo momentáneamente la cocinera. El cierre repercute también en el transporte escolar, trabajo realizado por personas del lugar.

El desencadenante fue un problema familiar en el lugar de Foxo, una de las aldeas en las que hace tres décadas se asentó la por entonces denominada comuna. Según afirma el padre, un día al llegar a casa encontró a su hija y a la madre enzarzadas en una fuerte bronca. «La niña le estaba contestando muy fuerte a su madre y yo le di un guantazo, porque a mí nunca se me ocurrió insultar así a mi padre, pero yo nunca maltraté a mis hijos y eso lo saben todas las personas que nos conocen», dice.

Lo cierto es que la niña, uno de los seis hijos del matrimonio, se fue a quejar a la casa de unos vecinos, que lo notificaron a los servicios sociales. Al lugar acudió personal de la Xunta y finalmente fue adoptada la decisión de retirarle la custodia a los padres durante un año. Fueron dados por parejas a tres familias, dos residentes en Ernes, a cuatro kilómetros de Foxo, y a un vecino de Vilar, a kilómetro y medio.

El padre asegura que tanto él como la madre de los niños están destrozados y que hará todo lo posible para recuperarlos, incluidos controles de drogas, «porque no tengo nada que ocultar». En Negueira llama la atención que los niños hayan sido entregados a personas de similar modo de vida.