Los últimos datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre censos de población referidos al 2011 evidencian, un año más, la grave crisis demográfica a la que se enfrenta la comunidad gallega. Un total de 241 ayuntamientos de Galicia, lo que equivale al 76,5 % del total existente, ha perdido población respecto al año 2010; solo tres no han sufrido variaciones (Beade, O Bolo y Verín), y 71 han logrado incrementar su censo. A nivel provincial, los datos muestran el declive de la situación en el interior de la comunidad; en Ourense, por ejemplo, pierden habitantes 78 de los 92 municipios, y en Lugo, 57 de los 67. La situación continúa deteriorándose en los municipios rurales de Pontevedra y de A Coruña, lo que evidencia el grave desplome poblacional al que se enfrenta un campo azotado por el envejecimiento y la crisis de la actividad agroganadera.
La excepción está en municipios limítrofes a las ciudades, donde se han instalado parejas jóvenes, atraídas por el precio de la vivienda. Es el caso, por ejemplo, de Narón, que linda con Ferrol y que ha ganado en un año 625 habitantes; en el entorno de A Coruña destaca Oleiros (583) o Culleredo (470). Y en el de Santiago están los de Oroso (124) y Teo (326). Otro tanto ocurre en las cercanías de Ourense, con Barbadás (263) y San Cibrao das Viñas (138). Y en el entorno de Vigo, con Mos (124) y Ponteareas (245).
De las cuatro provincias gallegas es Pontevedra la que presenta, de largo, un mejor comportamiento demográfico: 28 de sus 62 municipios, casi la mitad, han logrado incrementar su población respecto al año 2010. A la lista se suman también Baiona (124) o Cangas (208).