Los deberes de Rajoy en Galicia

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Novagalicia Banco y los sectores lácteo y naval, entre las cuentas pendientes

24 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Las semanas previas al 20-N, en un despliegue por tierra, mar y aire, el PPdeG enarboló la galleguidad de Rajoy como principal garantía de que el futuro inquilino de la Moncloa no le daría la espalda a Galicia. En un escenario de crisis, en el que se avecinan duros recortes y medidas drásticas, el ya presidente tiene ante sí enormes desafíos con esta autonomía. Máxime cuando el listón de exigencia impuesto por Feijoo al Ejecutivo de Zapatero durante la pasada legislatura alcanzó elevadísimas cotas.

Salvar el sistema financiero gallego

El anuncio del presidente de acometer una segunda reordenación del sector bancario en el primer semestre del 2012 ha hecho saltar las alarmas. Una oleada de nuevas absorciones que tendría a Novagalicia Banco y a CatalunyaCaixa como piezas más codiciadas. Ambas disponen de plazo hasta septiembre del año que viene para captar inversores. Hasta entonces, el Estado no puede vender la mayoría de acciones a un posible comprador ( títulos que son propiedad del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) salvo que lo aprueben los actuales gestores de las entidades. Los grandes de la banca están presionando a Rajoy para modificar el decreto y dar vía libre a una reordenación que pondría al banco gallego contra las cuerdas. Castellano ya ha logrado para Novagalicia 70 millones de los inversores en una tanda en la que preveía captar entre 100 y 150. Preservar una entidad financiera gallega, arraigada al territorio e implicada con las potencialidades de los sectores productivos de la comunidad, constituye un objetivo estratégico irrenunciable para esta autonomía en un contexto de crisis y de restricción al crédito bancario.

Recuperar los sectores naval y lácteo

De la construcción de barcos dependen en Galicia 14.000 puestos de trabajo, incluida la industria auxiliar. Y el naval no puede perder más tiempo. El veto a la construcción civil de los astilleros se ha visto agravado con otra decisión de Bruselas, el bloqueo del tax lease, el sistema de bonificación fiscal que la UE dejó sin efecto el pasado mes de junio al entender que era una ayuda del Estado. La Xunta ha pedido a Bruselas alternativas, como las amortizaciones rápidas y anticipadas y ha acusado al Ejecutivo de Zapatero de falta de implicación en la UE. De las negociaciones del nuevo Gobierno de Rajoy con las autoridades comunitarias depende gran parte del futuro del sector. También está en jaque otra actividad estratégica: la producción de leche. España deberá decidir si adopta el nuevo modelo de Bruselas de contratos homologados, al que se oponen las industrias, y que permiten a organizaciones de productores tener capacidad para negociar precios. En el último año han cerrado en Galicia 660 explotaciones de leche. Los últimos datos dejan la cifra de granjas en 12.600, frente a las 15.000 que había en el 2007.

Acabar el AVE y las autovías interiores

La alta velocidad iba a llegar a Galicia en el 2012, según Touriño. El pacto del Obradoiro, suscrito por Feijoo y Blanco, situó la fecha en el 2015. Luego la Xunta, en un pulso político con el Gobierno de Zapatero, señaló unilateralmente el 2018 en el calendario. Y del debate de investidura de Rajoy han salido compromisos verbales con la obra, pero no fechas. El recorte de 16.500 millones anunciado por Rajoy afectará, a buen seguro a Fomento, cartera liderada por la gallega Ana Pastor. Rajoy se enfrenta ahora a 4.722 millones de euros del AVE pendientes de contratar. De lo que se invierta en el tramo Lubián-Porto, y en los trayectos Olmedo-Zamora y Zamora-Puebla dependerá que se acelere la llegada de una obra estratégica. En los deberes de Rajoy en materia de infraestructuras están las autovías A-57 (Vigo-Pontevedra), alternativa al peaje de Rande, y la A-59 (Pontevedra y Valga). Queda pendiente de conectar Santiago y Lugo por autovía y concluir la transcantábrica.

Mejorar la financiación autonómica

Feijoo atribuyó gran parte de los recortes en su política de inversiones en Galicia a la deuda de 805 millones que tiene el Estado con Galicia por el sistema de financiación. Con Rajoy en la Moncloa, la Xunta mantiene el recurso ante el Constitucional. También está pendiente una solución del nuevo Gobierno para aplazar la devolución de otros 400 millones, correspondientes a las liquidaciones negativas de 2008 y 2009. Los recortes anunciados hacen presagiar un duro pulso con las comunidades, especialmente con Cataluña.

Garantizar el derecho de los dependientes

En un país muy envejecido, inmerso en una grave recesión que empuja a recortar gastos, la sostenibilidad del sistema público de ayudas a los mayores dependientes está más en entredicho que nunca. Al menos con el diseño que configuró Zapatero con la ley de dependencia. La Xunta ha acusado al Ejecutivo socialista de incumplir lo que marcaba la legislación a la hora de asumir el gasto a partes iguales, es decir, al 50 %. Beatriz Mato, conselleira de Benestar, asegura que durante el último año destinó a la dependencia 360 millones de euros de sus presupuestos públicos por solo 90 del Estado. En noviembre, Rajoy aseguró que la dependencia no era viable. En su investidura, en cambio, defendió la ley, aunque con restricciones presupuestarias.