La idea de resolver la renovación de los órganos de dirección del Partido de los Socialistas de Galicia en un congreso exprés, que se celebraría inmediatamente después del cónclave federal del 4 y 5 de febrero, parece haberse disipado de manera definitiva.
Pese a que el secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, se inclinaba inicialmente por fijar lo más pronto posible el proceso orgánico gallego, por temor a que el presidente de la Xunta pudiera sorprender a los socialistas con el pie cambiado en caso de pulsar el botón de un adelanto electoral de las autonómicas, al final se ha abierto camino la tesis de colocar al menos un mes de por medio entre el congreso federal y el gallego, con el fin de favorecer que en Galicia se pueda crear un espacio propio de debate para redefinir el proyecto político y poder contratar diferentes alternativas.
Las fechas escogidas están todavía por decidir. De hecho, la propuesta no se formalizará hasta que hoy se reúna la ejecutiva gallega y después la ratifique el comité nacional, el máximo órgano del partido en Galicia, que tiene lugar en Santiago media hora más tarde. No obstante, distintas fuentes consultadas en la dirección del PSdeG avanzaron como la fecha más probable para el cónclave gallego el fin de semana del 9, 10 y 11 de marzo.
De imponerse finalmente estas fechas se cumplirían las exigencias puestas sobre la mesa por los dirigentes del PSdeG más críticos con el liderazgo de Pachi Vázquez, que invocaron varias veces la necesidad de no celebrar un cónclave gallego a rebufo del federal. Este planteamiento incluso fue avalado por varias voces en la reunión de la comisión permanente del partido, celebrada el pasado lunes, tanto por dirigentes como Modesto Pose, secretario provincial de Pontevedra, como por Carlos López-Font, de la agrupación de Vigo, lo que provocó que incluso Ricardo Varela, secretario provincial de Lugo y alineado claramente con Vázquez, manifestara que no habría problemas con fijar el congreso en marzo.
Diferencias con los delegados
De imponerse finalmente las fechas del 9, 10 y 11 de marzo, los delegados para el congreso gallego deberían ser elegidos en las agrupaciones locales casi un mes antes, coincidiendo con las vísperas del carnaval, entre el 11 y el 19 de febrero. Eso, a priori, no ofrecería dificultades, aunque las grandes agrupaciones urbanas, como Vigo y A Coruña, sí mantienen diferencias con la dirección gallega respecto al baremo o la ratio que se debe usar.
El criterio utilizado por el PSdeG consiste en asignarle un delegado a cada agrupación constituida y repartir el resto proporcionalmente entre los militantes, a razón de un delegado por cada 45 afiliados.
Pero las voces discrepantes con Vázquez consideran que este esquema prima la representación de las pequeñas agrupaciones, de solo cinco militantes, en detrimento de las más numerosas. Los críticos quieren preservar la representación de los pequeños, pero exigen ir al cupo máximo de los 600 compromisarios para facilitar la participación, porque en esta decisión se jugará buena parte del congreso.