La ácida discusión mantenida el miércoles en el Parlamento entre el presidente de la Xunta y los grupos de la oposición por la orden que regula la asistencia sanitaria para desempleados que agotaron la prestación y personas sin recursos volvió a ser reeditada ayer en el pleno con distintos protagonistas. El diputado socialista Modesto Pose acusó a la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas, de generar «unha gran confusión na sociedade» con la orden del 5 de septiembre que, según su opinión, «exclúe a parados e pobres» de una prestación sanitaria que es universal y gratuita, a lo que Farjas replicó rebotando la responsabilidad al Gobierno central y reiterando que ningún gallego dejará de ser atendido.
Es más, la máxima responsable del Servizo Galego de Saúde (Sergas) contestó con un dato al portavoz de sanidad del PSdeG, asegurando que en todo el territorio español hay en estos momentos 300.000 personas sin prestación garantizada, entre los que se encontrarían los parados que agotaron su prestación por desempleo, debido a la «incompetencia» del Gobierno estatal. Arguyó que es el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) el que «retira a asistencia sanitaria aos parados que terminan a súas prestacións sociais», pero no la Xunta, que reaccionó con la orden que crea el controvertido código 29, según la conselleira, precisamente para garantizar la prestación.
Segregación
Pero al margen del derecho a recibir la prestación sanitaria de forma universal y gratuita, algo que Modesto Pose consideró blindado en la ley básica del Estado, el diputado socialista atacó a Pilar Farjas por la «segregación social» que a su juicio introduce la nueva orden. «¿Por que fan unha tarxeta para os pobres?, ¿e por que non para os rubios?», le espetó Pose a la conselleira levantando el tono, en el momento de mayor tensión del debate.
«A lexislación básica é do Estado e a competencia para prestar o servizo tena vostede, así que exérzaa e non faga discriminación ningunha cunha parte da poboación», exigió Pose, a lo que la conselleira de Sanidade sentenció diciendo que «non haberá un só galego que atope unha dificuldade» para resolver su situación.