Galicia tiene más licencias de tablaos flamencos que Andalucía

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Empresarios de discoteca cifran en 200 los negocios «ilegales»

12 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

¿Por qué un hostelero gallego al que le costaría distinguir unas castañuelas de unos mejillones solicita una licencia para abrir un tablao flamenco? Para mantener abierto su negocio hasta las cinco y media de la madrugada. Nada más. Porque, si es sincero y dice que su local funcionará como pub, deberá echar el cierre a las cuatro. Lo que es lo mismo, ganaría menos dinero.

Pásmense. Galicia tiene más tablaos flamencos que Andalucía. La Federación de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas de Galicia (Fesdiga) cifra en 200 el número de negocios que funcionan en las cuatro provincias con licencia de tablao. Ni Andalucía nos llega a las barbas. En sus ocho provincias cuentan con 61. Pero 61 de verdad, porque de verdad en Galicia no hay ninguno. Lo confirma el presidente de la Casa de Andalucía de A Coruña, Antonio Díaz.

Que concedan o no la licencia es cuestión de los ayuntamientos que, por lo que se ve, las otorgan a manos llenas. A pesar de que el reglamento que regula los horarios de apertura y cierre de espectáculos y establecimientos públicos de la Xunta establece una serie de requisitos que estos negocios incumplen de principio a fin. Ahí se dice claramente que los tablaos son locales en los que se desarrollan «actuacións de música e danza flamenca en directo». Otro aspecto que se aclara en dicho catálogo es que estos establecimientos deben disponer de «un escenario de madera elevado [...], un tablao e mesas para as consumicións do público». Además de todo lo reseñado, la normativa exige que el local cuente, al menos, con un camerino y prohíbe expresamente la existencia de una pista de baile. ¿Han visto algo parecido a esto en Galicia?

Fraudes

En un municipio como Santa Comba llegó a haber 43 establecimientos con licencia de tablao flamenco en el 2007. Cuando el único taconeo que en ellos se escuchaba era el de la máquina del hielo. Hoy, siete años después de que los responsables de la Xunta y los empresarios pactaran una regulación de los horarios de cierre de los locales de copas para evitar excesos y fraudes, en la comunidad sigue habiendo numerosos locales que cierran tarde amparándose en su supuesta condición de tablaos.

La raíz del problema, según la federación gallega de empresarios de discoteca, se remonta al 2004, cuando se aprobó una normativa que establecía un catálogo de locales de ocio, definía las características de cada uno y regulaba horarios de cierre únicos para todo el año. El texto fue negociado con los representantes del sector, que llevaban tiempo denunciando el intrusismo de muchos empresarios que, en la práctica, funcionaban como discotecas pese a no disponer de licencia. Nada ha cambiado desde entonces, según los dueños de las salas de fiestas y discotecas; entre otras cosas, porque la regulación publicada el 20 de junio del 2005 en el Diario Oficial de Galicia «escondía una trampa legal» al permitir a los locales con licencia de tablao cerrar a las cinco y media de la madrugada, igual que si fueran discotecas. Ampliaba en 4 horas el anterior horario de invierno y en tres el de verano. Algo similar ocurrió con los locales con licencia de café-concierto, café-cantante o café-teatro, a los que se permitió permanecer abiertos hasta las cinco de la madrugada, tres horas más que antes. Estas decisiones han causado sorpresa entre los empresarios de la hostelería.

Para los propietarios de los supuestos tablaos hay muchos intereses en juego. No se trata solo de disponer de horarios más amplios, sino de garantizar la supervivencia del local.

La transformación de un tablao en discoteca, según Samuel Pousada, presidente de Fesdiga, implica hacer reformas, incluida su insonorización; además, en muchos concellos se están restringiendo las licencias de discotecas, con lo que cabría la posibilidad de que no se diera respuesta afirmativa a todas las solicitudes.

Andalucía está muy lejos de las licencias registradas en Galicia, que son más del triple

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Tablaos en Andalucía