Saldo negativo con Galicia de los Gobiernos centrales socialistas

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

24 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

José Blanco insistió ayer en atribuirse de manera personal el gran avance que, según su análisis, han experimentado los gallegos durante su etapa en Fomento. Según aseguró, es «el ministro que más ha hecho por Galicia en menos tiempo». Comienza la campaña y Blanco intenta rentabilizar en su tierra la acción del Gobierno, aunque probablemente sea un error personalizar en sí mismo. Entre otras cosas, porque el balance no es tan favorable para Galicia como pretende.

Las licitaciones han sido altas en lo que se refiere a la construcción del AVE, pero una buena parte de los Presupuestos no se ha ejecutado. Y Blanco, como le ocurrió antes a otros ministros socialistas, no ha sido capaz de cumplir los plazos prometidos. Pero el desarrollo de Galicia es algo más que la llegada del AVE, un proyecto, por cierto, que, según reconoció el también socialista Pérez Touriño, el Gobierno tuvo «metido en un cajón» durante muchos años.

En el resto de las materias, el balance del Gobierno de Zapatero es aún más negativo. Ni en lo que afecta al sector lácteo o al de la pesca, muchos años en manos de una ministra gallega, cierra Galicia la legislatura mejor de lo que la comenzó. Lo mismo ocurre con el sector naval, estratégico para la economía gallega. Y tampoco puede presumir este Gobierno de haber hecho mucho para que las cajas gallegas no desaparecieran.

Es difícil borrar la impresión de que el Gobierno socialista no ha tratado bien a Galicia. En los ocho años de Zapatero ha habido detalles que revelan que la comunidad no ha sido una de las prioridades. Asuntos como el desprecio soez manifestado por la exministra Magdalena Álvarez al Plan Galicia o el hecho de que el presidente del Gobierno no visitara la comunidad durante todo el Xacobeo 2010 no dejan en buen lugar al Ejecutivo saliente.

Cataluña y Andalucía

Galicia no ha sido nunca una prioridad para Zapatero, que se ha volcado con el impulso a Cataluña, como tampoco lo fue para Felipe González, que privilegió a Andalucía. Mientras se ponían todos los medios para construir el AVE a Sevilla, en los catorce años de Gobierno de González no hubo avance alguno para el ferrocarril gallego pese a su retraso histórico. Y eso a pesar de que, como ocurre ahora, durante tres de aquellos años el ministro de Transportes era un gallego, Abel Caballero, y durante cinco años hubo un secretario de Estado de Infraestructuras gallego: Emilio Pérez Touriño.

Y en lo que afecta a la financiación, ni González ni Zapatero quisieron compensar nunca en su justa medida a Galicia por la dispersión o el envejecimiento de su población.

Ahora que vuelve a la primera línea de la política y de la campaña electoral, Felipe González tendrá una buena oportunidad de explicar a los gallegos por qué Galicia no existía durante los años de su mandato en la Moncloa.