«Isto é unha 'desgracia'»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Vecinos de zonas afectadas por el fuego apuntan al abandono como principal causa

24 oct 2011 . Actualizado a las 11:28 h.

Hace unos días, Domingos Rodríguez miró por la ventana de su casa de Alvite, en el concello ourensano de Lobios, y lo vio. Estaba allí, a unos doscientos metros de esta aldea de montaña con solo seis habitantes. El fuego amenazaba el pueblo, y Domingos, su yerno y otros vecinos salieron a defender sus árboles y sus casas. «Eran as oito da mañá. Fomos con ramallos e con xestas. Con que íamos apagar, non había outra cousa», recuerda.

Con la ayuda de una motobomba y dos aviones lograron controlar el incendio, pero las llamas ya habían cambiado el verde y los marrones de la sierra de O Xurés por el manto negro de la ceniza. Todo eso es lo que ve ahora Domingos desde su ventana. «É unha ?desgracia?», repite mientras observa el esqueleto de los carballos calcinados.

La superficie quemada, dice un técnico forestal consultado, podría recubrirse en un mes de una capa de pasto bajo. En tres o cuatro años podría estar invadida de matas otra vez. El problema es que la posible caída de lluvias torrenciales sobre la superficie arrasada provocaría una fuerte erosión. Eso retrasaría notablemente la regeneración del monte. A esa pérdida ecológica podría sumarse, en algunos casos, también la económica. «Tiñamos uns eucaliptos coma ese -dice señalando unos árboles que todavía quedan en pie- e non quedou nada. Piñeiros e todo levou. ¿E agora a onde levamos pastar o gando? Menos mal que temos un pouco de auga na nave».

La Ley 3/2007 de prevención de incendios prohíbe utilizar un terreno quemado para la explotación cinegética al menos hasta dos años después de haberse producido el fuego. La razón radica en evitar el desgaste del terreno y las quemas incontroladas provocadas con la intención de generar pasto.

Precisamente, esa es una de las teorías que barajan vecinos de concellos como Muíños, Lobios o Calvos de Randín, algunas de las áreas más afectadas por la oleada de incendios de hace unos días, a la hora de explicar por qué hay tantos fuegos intencionados y por qué se repiten día a día en algunos puntos. Pero más allá de cábalas en torno a rencillas particulares o a teorías sobre los intereses que se mueven en torno «aos lumes», hay otra razón en la que coinciden muchos. Se trata del abandono provocado por la despoblación del medio rural. «Tería que haber un maior interés polo monte», comenta un vecino de Muíños.

El domingo fue el día que Alvite tuvo el peligro más cerca, pero las llamas ya habían empezado a avanzar el viernes desde el otro lado de la raia. «O lume veu de Portugal», explica este hombre mientras señala hacia la frontera, hacia el Coto da Chispa, denominado así porque recibe una gran cantidad de rayos, y que también se ve desde Guende. El sábado pasado José, que vive entre esa aldea de Lobios y Ourense, no durmió. «Andiven por aí, defendendo. Traballouse moito. As brigadas, a xente do pobo», explica. Llegó a apagar algunas llamas tres veces en el mismo lugar. No fue el único que pasó la noche en vela. Había unos catorce vecinos, brigadistas y medios aéreos.

Para ver la zona quemada hay que recorrer un camino estrecho escoltado de maleza. «Os do parque e os da Xunta non se poñen de acordo. Non queren destruír a natureza facendo pistas, ¿pero que pode destruír máis ca isto?», se pregunta. Y no es la única cuestión que lanza. «¿Por que non contratan persoal todo o ano para limpar? ¿Non lles sairía mellor que pagar o que pagan por tanto despregamento?», apunta. Lo hace caminando en medio de xestas que tienen la altura de un árbol, salpicadas entre matas de tojos. La conversación continúa y acaba en el mismo punto. El abandono.

LA VOZ RECORRIÓ LAS SIERRAS OURENSANAS DEVASTADAS POR LAS LLAMAS