El ministro se enfrenta al segundo asalto

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Las dos acusaciones contra Blanco tienen raíz y motivación gallegas

10 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Como en la canción de Love of Lesbian, José Blanco se enfrenta al segundo asalto a su reputación en solo nueve meses. Y la primera fue muy parecida a la que ahora lo relaciona con el caso Campeón. El mismo periódico madrileño abriendo la espita, un intermediario que hace de supuesta bisagra entre el ministro y los empresarios, y unas ayudas o contratos por el medio.

El asunto de Extraco y el de Dorribo guardan múltiples similitudes

El primer asalto tenía el nombre de una constructora gallega, Extraco, que aparecía como presuntamente favorecida en Fomento con distintos contratos. Pero esta primera acometida se diluyó como un azucarillo. La Fiscalía había tenido acceso a los 27 correos electrónicos que el presidente de Extraco había dirigido al gerente del PSOE, Xoán Cornide, para supuestamente mediar ante Fomento en la resolución de varios contratos. Cornide, en este caso, haría más o menos el papel del primo político de Blanco en los hechos que habría denunciado el empresario Jorge Dorribo.

El problema es que, como en el caso Campeón, los contratos o ayudas no fueron concedidos. Ninguna de las adjudicaciones a Extraco se situaban en Asturias o Cáceres, las provincias a las que hacían referencia los contratos. Como empresa dedicada a la obra pública, a Extraco se le adjudicaron varios contratos desde que Blanco es ministro de Fomento. Pero ni siquiera los 76 millones que referían algunas informaciones. Apenas superaron los 30. De hecho, el mayor contrato que obtuvo la firma ourensana se logró con Francisco Álvarez Cascos al frente de Fomento. De igual manera, también cayeron en saco roto las dos peticiones que Dorribo comentó con Blanco en el área de servicio de Guitiriz. El Ministerio de Economía y Hacienda no le concedió a Nupel la ayuda que había solicitado. Y el de Sanidad paró el expediente de redistribución de fármacos.

Entre tantos paralelismos hay uno más que es crucial: Galicia. Las dos acusaciones tienen como escenario la comunidad de origen del ministro y, según su entorno, serían campañas organizadas en los aledaños del PP gallego y la Xunta. Blanco no es ahora mismo un político a batir en el contexto de las elecciones generales, aunque los supuestos escándalos puedan desgastar a Rubalcaba. Pero sí puede ser un hipotético rival de los populares para las próximas autonómicas.

En este sentido, la estrategia consistiría en convertir al ministro de Fomento en una diana a lo Francisco Camps. Aunque, de momento, no exista ninguna causa judicial abierta contra José Blanco.