El PP nubla el futuro del PSdeG

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El giro a la operación Campeón distrae la atención sobre la implicación de la Xunta al salpicar al ministro José Blanco

09 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El Partido Popular ya dispone de un nuevo estribillo que añadirle a su sintonía musical. Lo entonaba en la convención de Málaga Dolores de Cospedal, la número dos del partido, para que se pueda corear en cada bolo electoral: «Rajoy acabará con las reuniones en gasolineras». Así de sencillo. Pegadizo. No hace falta más. Al margen de las pruebas, las garantías procesales y de la verdad, el PP se da por satisfecho con evocar hasta el empacho la imagen zafia de una cita en Guitiriz para enredar al ministro con mayor proyección del Gobierno y, de paso, nublar el futuro del único socialista gallego que podría tutear a Feijoo en un duelo por la presidencia de la Xunta.

Como por arte de birlibirloque, José Blanco está metido en un lío. Un empresario sobre el que pesan todas las sospechas lo acusa de algo lo suficientemente grave como para truncar la carrera política de cualquiera, con el añadido de que, a corto plazo, Blanco no podrá acceder al sumario para poder defenderse. Alguien que tenga la mandíbula de cristal podría verse tentado de tirar la toalla. Al ministro de Fomento no se le puede negar cuajo ni determinación para aguantar el embate: «Ni hay caso ni lo va a haber», dijo el viernes, tras la reunión del Consejo de Ministros.

En un contexto en que la Justicia acabó limpiando la imagen de Rubalcaba con el caso Faisán tras el duro hostigamiento del PP, y en el que la trama Gürtel de supuesta financiación irregular del PP sigue regalando entregas, no puede negársele a los populares cierta habilidad por convertir un asunto que afecta a la línea del Gobierno de Feijoo, que tiene dos altos cargos del Igape imputados en la operación Campeón, en un asunto contra un ministro del PSOE que, a la postre, podría estar llamado a ser en el futuro su rival político en Galicia. Colocada al lado de Blanco, la figura política de Pablo Cobián, el dimitido diputado del PP por este caso, incluso pasa desapercibida.

Es innegable que Feijoo vive mejor teniendo a Pachi Vázquez enfrente, un adversario que, cuando quiere, es capaz de marear a su antojo. Es más, si en el PP gallego se pudiera hacer algo en esto, quizás aflorase algún voluntario para ayudar al de O Carballiño a convertirse en candidato a la Xunta tras las generales del 20-N.

Todavía es pronto para saber si Blanco saldrá indemne de este asunto. En ámbitos del PP se anticipan a mostrarlo «herido» y creen que esta polémica no le ayudará al PSdeG a mantener dentro de 40 días el segundo escaño por Lugo, donde tanto se juega Blanco. «Hace dos semanas lo tenía más fácil para ganarle al PP en unas autonómicas que ahora», señalan en el partido de la gaviota. Entre los socialistas gallegos, en cambio, hay un cierre de filas pleno con su líder natural. Creen que Blanco puede aspirar todavía a tener un papel destacado en el PSOE federal tras el 20-N o a reorientar su proa hacia Galicia si lo desea. «El partido le pondrá la alfombra», sostiene un miembro de la dirección, consciente de que pensar a largo plazo con una campaña de acoso como esta tiene sus riesgos.