Es innegable que Feijoo vive mejor teniendo a Pachi Vázquez enfrente, un adversario que, cuando quiere, es capaz de marear a su antojo. Es más, si en el PP gallego se pudiera hacer algo en esto, quizás aflorase algún voluntario para ayudar al de O Carballiño a convertirse en candidato a la Xunta tras las generales del 20-N.
Todavía es pronto para saber si Blanco saldrá indemne de este asunto. En ámbitos del PP se anticipan a mostrarlo «herido» y creen que esta polémica no le ayudará al PSdeG a mantener dentro de 40 días el segundo escaño por Lugo, donde tanto se juega Blanco. «Hace dos semanas lo tenía más fácil para ganarle al PP en unas autonómicas que ahora», señalan en el partido de la gaviota. Entre los socialistas gallegos, en cambio, hay un cierre de filas pleno con su líder natural. Creen que Blanco puede aspirar todavía a tener un papel destacado en el PSOE federal tras el 20-N o a reorientar su proa hacia Galicia si lo desea. «El partido le pondrá la alfombra», sostiene un miembro de la dirección, consciente de que pensar a largo plazo con una campaña de acoso como esta tiene sus riesgos.