Blanco reserva billete a Galicia

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El ministro de Fomento deja perfilada su agenda como posible rival de Feijoo para la presidencia de la Xunta

11 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Cuando se hizo cargo del Ministerio de Fomento, José Blanco se colocó el AVE por montera y se fue a presumir a Estados Unidos. Allá dio con su homólogo Ray LaHood, un peculiar político que en 1998 lideró el impeachment contra Bill Clinton, pero que se convirtió en el aporte republicano al Gobierno de Obama. LaHood vino dos veces a España de visita oficial, a testar el AVE y animar a los empresarios a construirlo al otro lado del Atlántico. Y Blanco anunció que, en primavera, vendrá a Galicia de visita privada.

Ni la gestión de esta visita es menor en el plan de futuro del bruxo de Palas, como llaman al ministro algunos en el PSdeG. Si ocurre que en primavera ya no está en el Gobierno y utiliza el billete que tiene reservado para Galicia, algo que anunciará tras el 20-N, entonces tiene garantizado que será él, y no Feijoo, el protagonista de la incursión gallega del ministro de Obama.

Blanco no tuvo inconveniente alguno en facilitar este juego de cábalas cuando en la conferencia pronunciada el viernes en el Hostal dos Reis Católicos no solo habló de la agenda de LaHood, sino que exhibió un discurso político anclado en su «sueño de Galicia», así lo expresó, buscando en todo momento la confrontación con Feijoo y su política, quizás para calentarle bien la cabeciña a los suyos con un posible desembarco para ser candidato a la presidencia de la Xunta. «Muchos me piden que venga aquí en las listas», dijo Blanco, animando más las especulaciones.

En el PP gallego ya no tienen dudas. Los deberes que intentó ponerle a la Xunta y su discurso «autonomista» lo convirtieron ya en candidato virtual, algo que ponen en duda algunos en el PSdeG: «Tamén estivemos dez anos esperando a que viñera outro, e ao final non veu», dijo sobre Francisco Vázquez un destacado dirigente de la provincia de Pontevedra.

Lo de Blanco, en cambio, tiene una tonalidad distinta. Como ocurre con su amigo americano, se ha asegurado -pase lo que pase el 20-N- inaugurar el 10 de diciembre como ministro en funciones la línea ferroviaria A Coruña-Santiago-Ourense, el primer trayecto del AVE gallego, un proyecto al que mira con paternalismo después de la dura batalla librada a principios de año en el consejo de ministros para conseguir licitar los tramos pendientes.

Sobre el AVE y sus plazos tiene previsto Blanco, llegado el caso, construir su plan de acoso a Feijoo. Pero no solo de trenes va la cosa. El ministro, según apuntan en su entorno, también está intensificando sus contactos privados con intelectuales galleguistas y con empresarios que rebasan la frontera ideológica del PSdeG, y anunció que dejará licitada la ampliación de la AP-9 antes del 20-N. Si pierde, más presión para el PP.

Ahora bien, el retorno exige abordar la cuestión Pachi Vázquez, incómodo con todos estos rumores. Ayer mismo, en el comité nacional del partido, cerró su intervención con una frase críptica: «Dende pequeno creo que non hai que agardar por quen non quere vir; isto temos que arranxalo nós». Quien quiera entender, que entienda.