El BNG aplaza hoy a después del 20-N la elección del candidato

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La dirección plantea que la refundación del frente se aborde en enero

27 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) formalizará hoy el aplazamiento de la asamblea más trascendente desde su nacimiento en 1982. Una cita en la que el frente, en una suerte de refundación, se había propuesto recuperar la pluralidad y la sintonía de todas las corrientes -hecha trizas por los constantes retrocesos electorales - y en la que preveía deshacer una gran incógnita: si Guillerme Vázquez, actual portavoz nacional, será el cabeza de cartel en las autonómicas. Como consecuencia del adelanto de las generales al próximo 20 de noviembre, el BNG se ha visto obligado a mover ficha.

La dirección propondrá hoy al consello nacional, máximo órgano entre asambleas, que el decisivo cónclave tenga lugar el 28 y el 29 de enero del 2012, en lugar del 22 y el 23 de este año, tal y como estaba previsto. La Unión do Povo Galego (UPG) y el Movemento Galego ao Socialismo (MGS), que caminan de la mano, votarán hoy a favor del texto de la ejecutiva, mientras que Máis Galiza, segunda corriente en representación, se abstendrá. Algo que también podría hacer el Encontro Irmandiño (EI) liderado por Beiras, partidario de que la asamblea se retrase todavía más y tenga lugar en marzo, con el objetivo de ganar más tiempo para atraer al proyecto nacionalista a los desencantados que se fueron. En este escenario todo indica que, salvo cambios bruscos de última hora, el BNG aplazará a enero su cónclave y se centrará ahora en unas generales en las que se juega mantener su representación en Madrid.

Ese es el gran objetivo de la UPG, partido mayoritario, que al igual que los irmandiños considera que sería un suicidio político celebrar una asamblea de división y trasladar a la sociedad una imagen de fractura antes de una cita tan trascendental.

Pese a la llamada a recuperar la unidad tras el retroceso electoral en las municipales, el nacionalismo sigue lejos de un consenso sobre el que cimentar un gran pacto. Un clima de unidad que ha impedido que fructificase la propuesta de Máis Galiza de celebrar una asamblea de consenso antes de las generales que actuase como revulsivo. Otros acontecimientos del verano, como el manifiesto de los alcaldes para rediseñar el BNG, han abierto una brecha entre la UPG y el resto de las fuerzas, lo que aleja las posturas sobre qué BNG quiere cada uno para el futuro. Todos los focos se centrarán a partir de mañana en la confección de la listas para las generales, proceso que algunos bautizan como el verdadero termómetro para medir la voluntad de cambio.