Galicia también se echó a la calle

la voz / redacción

GALICIA

Santiago, Vigo y A Coruña congregaron las mayores concentraciones de la jornada del 19-J.

20 jun 2011 . Actualizado a las 14:29 h.

Santiago, Vigo y A Coruña fueron escenario durante la tarde de ayer de las manifestaciones más numerosas de los indignados en Galicia para protestar contra el Pacto del Euro, las hipotecas y la reforma laboral.

La manifestación convocada en Santiago por el Movimiento 15-M fue un éxito de participación que sorprendió a los propios organizadores, que estimaron la asistencia en unas 10.000 personas, matizando que no es una cuestión tanto de cifras como de motivación para seguir con el movimiento, y que era notoria la diversidad de edades. La Concejalía de Tráfico dijo que había más: entre 12.000 y 15.000.

El Obradoiro no se llenó, pero como afirmó el profesor y escritor Carlos Taibo en una intervención final, «hai máis xente que cando estivo o papa», o como decía una consigna que corearon a la llegada, «non hai praza para tanta indignación». Fue una manifestación pacífica, cargada de energía positiva, a pesar de las razones de la convocatoria y con un enorme despliegue de imaginación en pancartas y letreros que enarbolaron con profusión, así como en las consignas que corearon a la largo de un recorrido que transcurrió sin ningún tipo de incidente, encabezada por un coche fúnebre en el que iba el euro y una pancarta que decía «Europa para o pobo e non para o mercado». La gran pitada fue para el banquero Emilio Botín, al pasar ante el Banco Santander, donde corearon la consigna: «Al bote, al bote, Botín el que no bote».

23 minutos de manifestación

Las cifras de los organizadores hablaban en Vigo de entre 10.000 a 12.000 manifestantes, según la policía local, que cortó los tres carriles de bajada de la Gran Vía. La cola de la manifestación tardó 23 minutos en pasar por el mismo punto que la cabeza. A cada rato, hicieron sentadas y se concentraron en la plaza de América.

«Somos gente como tú, que nos levantamos cada mañana en busca de futuro. ¡Indignaos, rebelaos!», dijo una manifestante. Pegaron carteles en los bancos. Algunos manifestantes portaban caretas de Anonymus y otros corearon consignas contra los banqueros, la monarquía o los privilegios de los políticos. También desfiló la clase media hipotecada y con hijos. «Solo busco justicia», dijo Jesús Ángel Muñiz, que encabezó la manifestación. Este terapeuta callejero contra el botellón fue el primer indignado de Vigo porque en el 2009 se encadenó en una columna del edificio de los juzgados y logró que el ministro reabriese su caso.