La Xunta dice que UU.AA. dirigía las cuentas bancarias de la trama

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El sindicato controlaba las ayudas y las nóminas de 13 asociaciones

12 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La desempleada que contrató con fondos públicos la asociación de Mulleres Rurais Ceres, de Malpica, cobraba su nómina el 28 de cada mes a través de una transferencia bancaria de Unións Agrarias (UU.?AA.). Lo mismo ocurría con la persona que contrató la asociación Odega, de Ordes, con el que empleó la entidad Moxega, de Chantada, y con el resto del personal adscrito al entramado societario investigado por la Xunta. El informe de 156 páginas remitido al Parlamento y a los juzgados de Corcubión refleja que era el propio sindicato agrario, vía banca electrónica y en base a unas «supostas autorizacións» que no aparecieron, el que centralizaba y controlaba las subvenciones de Traballo que cada entidad captaba por separado.

La investigación interna realizada conjuntamente por las consellerías de Traballo y Presidencia concluye que este proceder implicaría la «esixencia de responsabilidades, unha vez coñecida a trazabilidade do diñeiro», y a este modus operandi se agarra también el PP para denunciar la existencia de una presunta trama de financiación irregular de Unións, en la que estarían implicados varios cargos orgánicos del PSdeG.

El PP cifró varias veces el posible fraude cometido en más de 1,8 millones de euros, que se corresponden con las ayudas de los programas de cooperación captadas por las asociaciones satélite de Unións entre los años 2006 y 2009.

La Xunta, en cambio, se muestra más cauta y cifra en 228. 338 euros el reingreso de fondos que Traballo tendría que reclamar a la federación de UGT por la comisión de un presunto fraude en su gestión, si bien su investigación solo analiza las ayudas públicas captadas por 13 de las 28 asociaciones de UU.?AA. en el ejercicio del 2009.

El informe de la Xunta apunta incluso a una cuenta del Banco Gallego desde la que Unións gestionaba «de xeito centralizado» los pagos en nóminas, Seguridad Social e IRPF de cada persona contratada, utilizando para ello «as claves de xestión de banca electrónica» de cada asociación y de Unións.

Es decir, que una vez que las entidades recibían el ingreso de la subvención de la Xunta, una misma mano desde la sede central del sindicato ordenaba la transferencia en favor de la cuenta central de Unións y realizaba después los pagos mensuales.

En cuanto a los parados beneficiados con las contrataciones, el informe observa que «nun número importante [...]recaen nunhas persoas concretas de xeito repetitivo», por lo que entiende que no se garantizó la transparencia y libre concurrencia del proceso selectivo que se debería hacer a través de las oficinas de empleo con los currículos de parados remitidos a cada asociación y el correspondiente proceso de entrevistas personales.