¡Queixo de tetilla... en el Gaiás!

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La Xunta venderá «produtos autóctonos de calidade» en la Ciudad de la Cultura

12 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Pese a que llevaba diez años en obras, al final el Gaiás fue a abrir huérfano de tasca. Y, transcurrido ya un trimestre, así mismo continúa hoy, sin barra donde acodar ni mesa sobre la cual compartir mantel. Local hay, pero no quien lo explote. Aunque la Xunta ha comenzado a poner remedio a esa situación. Al menos ayer difundió un documento que, grosso modo, prescribe a los futuros concesionarios del establecimiento -serán elegidos vía concurso público- cómo y cuándo podrán gestionarlo. En plan cantina, constará de dos zonas separadas por un arco: una de 187 metros cuadrados dedicados a cafetería y un área de 79 consagrados a la venta, entre otros, de «produtos autóctonos de calidade, que poderán elaborarse, etiquetarse ou envasarse especialmente para a Cidade da Cultura», un paraguas bajo el que cabrían desde la clásica taza de Sargadelos hasta un queixo de tetilla.

En la tienda se despacharán también «catálogos e obxectos propios ou seleccionados» por la fundación responsable del recinto, así como «material de mercadotecnia específico ou non para o complexo». Mientras que en el bar, funcionando de ocho de la mañana a once de la noche, se ofrecerá «un servizo sinxelo, moderno e de calidade, acorde coa arquitectura, as actividades e a imaxe de marca, cunha política de prezos competitiva e asequible, axeitada á natureza pública do conxunto», rezan las pautas aprobadas ex profeso por la consellería al cargo de Roberto Varela.

De «humanizar» el interior se ha ocupado un estudio, Nómada, cuyo arquitecto José Antonio Vázquez explica: «Nos remitimos a la cantina como modelo de negocio tradicional en Galicia, concepto que permite su reinterpretación a través de un filtro moderno. Abstrayendo esta idea, las mesas se disponen alargadas y en paralelo, bajo unos árboles esquemáticos que evocan las romerías a la sombra de las carballeiras». Ubicado dentro del archivo, el bajo se encuentra en condiciones de recibir clientes en cosa de días, si bien los trámites para designar a la empresa que lo llevará van a demorar su inauguración hasta un par de meses.

Más tarde, en el 2012, el museo estrenará restaurante y el edificio vecino, un gran autoservicio.