La cantidad de información y denuncias que recibió el equipo que participa en la instrucción fue impresionante. Por eso, la conclusión de la investigación se demora cada vez más. Una de las denuncias que llegó a los investigadores se refiere a uno de los policías locales que fue detenido en la operación. Le atribuyen, por su gran amistad con José Manuel García Adán, el cabecilla, el haber eliminado pruebas de un apuñalamiento supuestamente cometido por este.
Este incidente le costó al hostelero sentarse en el banquillo. Por aquel entonces, Adán estaba vinculado al Scorpio, club que acabó convirtiéndose en el Eros con el paso de los años y del cual era propietario uno de los imputados ahora. De ser cierta la denuncia recibida, el agente habría hecho desaparecer el puñal usado por el agresor y también algunas de sus ropas ensangrentadas. Incluso parece que hubo dinero de por medio para ocultar la verdad.