El vecino de Castroverde que se propuso pedalear 6.000 kilómetros se rinde a los 90

Efe

GALICIA

El aventurero Jesús García Juanes comenzó el reto con mal pie y se bajó de la bicicleta poco después de echar a rodar.

08 mar 2011 . Actualizado a las 15:14 h.

Curtido en decenas de batallas contra los límites de resistencia del cuerpo humano, el aventurero lucense Jesús García Juanes no ha podido en esta ocasión con uno de los retos más complicados de su vida y a los 90 kilómetros ha decidido abandonar el reto de pedalear durante 6.000 en un circuito de karting.

En esta ocasión, tal y como ha reconocido, la cabeza le ha jugado una mala pasada a este leonés de nacimiento, pero asentado desde hace décadas en el municipio lucense de Castroverde, y que periódicamente se empeña en poner su cuerpo a prueba de retos.

Ayer entraba en vigor la nueva norma que limita la máxima velocidad en este país a 110 kilómetros por hora y Juanes quería demostrar que el método más eficiente para ahorrar energía es potenciar el uso de la bicicleta.

«Fomentar el uso de la bicicleta, sí sería una buena medida de ahorro energético». Con esa premisa arrancó Juanes en una bicicleta en la que arrastraba un remolque con 80 kilos de peso en el que llevaba todo lo necesario para sobrevivir durante 24 días, que era lo que tenían previsto invertir en esta actividad que había bautizado como «Reto Moto 2000».

De todas formas, los preámbulos ya no fueron buenos. Se sentía «nervioso» y tal vez esa circunstancia lo llevó a cometer la torpeza de dañar la toma de aire de una rueda que no fue posible reemplazar por una nueva, por lo que hubo de limar la llanta.

«Estoy convencido de que tendré problemas», se dijo Juanes antes de arrancar, y tal vez esta idea le fue carcomiendo mentalmente, hasta que a las 7:30 horas de esta mañana , -había iniciado la jornada a las 6:15 horas-, se dio cuenta de que el reto no sería posible.

Se prestó a un par de reportajes y aguantó «peor que bien» hasta el mediodía, cuando decidió dejar la aventura para otra ocasión, ya que para afrontar un reto de estas características «has de tener la cabeza como una moto».

El aventurero sigue convencido de los beneficios, «en todos los aspectos» del uso de la bicicleta, pero no ha querido comprometer un nuevo intento para este reto. Eso sí, ha dejado claro que «si no es éste, habrá otras cosas, eso seguro», concluyó.

En bicicleta, a pie, patinete o bici adaptada al hielo y nieve, este vecino de Castroverde (Lugo) ha protagonizado numerosos retos que siempre los ha vinculado con algún aspecto reivindicativo, como llamar la atención sobre las minas antipersonas, que la muralla de Lugo fuera declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO o contribuir a incrementar las donaciones de sangre.