El lugar donde se cumplen casi todos los deseos

La Voz

GALICIA

06 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Cuando no puedes enseñar Mates, enseñas ilusión», dice Ruth Vázquez, la maestra con mayúsculas. Los niños la adoran y, en casi cuarenta años, ha ido tejiendo una tupida red de contactos para mantener relacionadas las familias que han pasado por allí y para recordar a quien se le pudiera haber olvidado que a un niño con cáncer no se le niega nada.

A Ruth le gusta explicar cómo prendió la idea de viajar cada año a Disneylandia: «Cuando aíslan a un niño en una habitación de cuatro por cuatro, muchas veces su único entretenimiento, su única ilusión, es ver unas películas de Disney en un deuvedé. Ese fantástico castillo de Cenicienta. A veces, yo les decía: ??No te preocupes, que en cuanto salgas de aquí, yo te llevaré a ver el castillo y a todos los personajes??. Pero no podía, porque se morían todos. Eso sí, luego me pasaron factura y este año haremos ya el séptimo viaje».

El doctorado de Ruth

Cuando un niño muere, intentan que la familia viaje igual con ellos, con su hermano tal vez. El año pasado viajaron 45. La maestra insiste en que la escuela está de luto por la muerte de Roberto Tojeiro: «Un gran benefactor de esta escuela, no se olvide de ponerlo». Y de la Fundación María José Jove, que les proporciona las pedagogas o la Fundación Andrea, que les ayudó con el piso en el que descansan muchas familias desplazadas. La escuela se mueve y encuentra respuesta. Los deseos se cumplen.

«Lo más importante -afirma Ruth- es no transmitir dolor, desasosiego. Los niños son niños, pero no tontos y captan perfectamente esas sensaciones». Lo sabe todo esta mujer que hizo un doctorado en pedagogía para que los médicos también tuvieran que tratarla de doctora. Para que no le hicieran de menos a ella que tan a fondo ha podido estudiar las consecuencias de la enfermedad y sus tratamientos. Sabe que los niños sufren, pero también sus hermanos, las familias. La cuerda se tensa, a veces se rompe. Muchas veces: «En tantos años he visto romperse a muchas parejas», recuerda con tristeza. Al fin y al cabo, no todos los deseos se cumplen. En cualquier caso, los más importantes, los que todos formulan para sí mismos o en voz alta, superar el tratamiento, vencer a la enfermedad, cristalizan cada vez con más frecuencia.