Las amenazas telefónicas, claves para investigar el secuestro de Guillermo Collarte en Portugal

La Voz LA VOZ/OURENSE.

GALICIA

Los acusados se negaron a declarar en el juicio que se inició ayer en Valença do Minho

16 nov 2010 . Actualizado a las 09:37 h.

Las amenazas telefónicas que entre los años 2002 y 2003 recibió Berta Collarte, la hija del desaparecido empresario Guillermo Collarte, han sido determinantes para investigar este suceso y llevar al banquillo de acusados a los cuatro presuntos autores del secuestro y probable muerte del ourensano en octubre del 1999 en Valença do Minho. El inspector responsable de la investigación de este suceso por parte de la policía portuguesa, sin avances durante los primeros años, explicó ayer ante un jurado mixto, formado por ciudadanos y magistrados profesionales, que la revisión de las comunicaciones telefónicas entre los sospechosos permitió fijar un punto de arranque para investigar y esclarecer este caso.

La vista oral por la desaparición de Guillermo Collarte, que comenzó ayer, se limitó a los testimonios de la hija del empresario, Berta Collarte, que se prolongó durante varias horas, y la del inspector de la judiciaria lusa que dirigió las pesquisas. Los acusados, por su parte, se acogieron a su derecho a no declarar y privaron al jurado de su versión de los hechos.

Los imputados son tres de las personas de máxima confianza de Guillermo Collarte para el desarrollo de los negocios inmobiliarios en Portugal: sus socios gallegos Luis Sánchez Lavandeira y Gerardo Torres Abalo, el intermediario luso José Lopes y Vítor Manuel Días, el supuesto sicario, que ya ha sido condenado en Ourense a tres años y cuatro meses de cárcel por las amenazas a la hija del desaparecido entre junio del 2002 y marzo del 2003. Al juicio no asiste José Lopes por razones de salud, dado que, según la información que se maneja en medios judiciales, su estado de salud es extremadamente grave.

Berta Collarte, cuya declaración consumió buena parte de la primera sesión de un juicio que al menos se desarrollará hasta el mes de diciembre, refirió al jurado sus esfuerzos para conseguir que se mantuviese abierta la investigación, con el fin de esclarecer lo ocurrido y recuperar el cadáver del empresario, que aquel octubre tenía 72 años.

La hija del desaparecido explicó que, en su afán por lograr su objetivo, incluso se había reunido en prisión, tanto en la ourensana de Pereiro como en la pontevedresa de A Lama, con dos de los autores de las amenazas que ella había recibido por teléfono.

La vista oral de este juicio, con más de quince testigos citados, se reanudará el próximo lunes, 22 de noviembre. Su continuación, salvo imprevistos, no tendrá lugar hasta el 6 de diciembre, de acuerdo con las fechas avanzadas a primera hora de la noche de ayer.

A los cuatro imputados se les atribuye el delito de secuestro con agravantes. La petición de condena, tanto por parte del fiscal como de la acusación particular en representación de la familia de la víctima, se planteará en las conclusiones.