Dos temporales bastaron para hacer de octubre un mes muy húmedo

Xesús Fraga
Xesús Fraga REDACCIÓN/LA VOZ.

GALICIA

01 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Octubre ha sido un mes enmarcado por dos temporales. El mes ya ha terminado y los primeros pronósticos apuntan a una recuperación progresiva de la influencia anticiclónica, aunque hoy y mañana todavía persistirá la inestabilidad, con lluvias débiles en el tercio norte. En realidad, el predominio de las altas presiones es lo que ha caracterizado buena parte de octubre, que en su tramo central ha disfrutado de un tiempo seco y soleado, con temperaturas diurnas cálidas.

Pero los dos períodos lluviosos, a pesar de su relativa brevedad, han bastado para que el balance final sea el de un mes muy húmedo. A falta de contabilizar la jornada de ayer, las cinco estaciones que toma como referencia MeteoGalicia para elaborar sus informes climatológicos mensuales han superado o igualado los valores de agua para octubre: Ferrol, con 150 litros por metro cuadrado, cuando lo normal para el mes sería estar entre 92 y 114. Lo mismo ha ocurrido en Lugo, con 139 (102-123), y Pontevedra, con 234 (164-210). Destaca el caso de Ourense, cuyo valor climático de 75-91 se ha visto ampliamente superado, con 159 litros. Otras estaciones de la provincia, como Cabeza de Manzaneda o Entrimo también resultan llamativas por las elevadas precipitaciones que han recogido. Solo los 200 litros de Santiago mantienen a la ciudad en la horquilla de 164-211.

Pero si se toma el conjunto de las estaciones, este retrato cobra una nueva dimensión que subraya la cantidad de agua recogida en el último mes. De las 87 que conforman la red de MeteoGalicia, en 70 de superó un acumulado de 100 litros por metro cuadrado: 38 rebasaron esta cifra, 22 los 200 litros y otras 9 los 300. A la cabeza, con 470 litros, se encuentra Fornelos de Montes, una marca excepcional.

470 litros en Fornelos

En la práctica totalidad de Galicia, la jornada en la que más llovió fue el día 3. Una borrasca situada al noroeste de Irlanda dejó en Galicia abundantes precipitaciones y vientos por encima de los 100 kilómetros por hora. De los 470 litros acumulados en Fornelos, 200 cayeron solo ese día. Aquel temporal dañó cubiertas de edificios, hizo embarrancar alguna embarcación y causó inundaciones en calles y bajos. La inestabilidad duró varias jornadas, cuyos efectos más notables fueron la caída de un roble de treinta metros sobre dos coches en marcha en Vigo e inundaciones en localidades costeras al coincidir las lluvias con la pleamar.

Después de aquel temporal vino un prolongado período anticiclónico, con tiempo seco y soleado, y temperaturas relativamente altas durante el día, aunque de madrugada los termómetros bajaron por primera vez de cero este otoño. Y, finalmente, el mes concluyó como había empezado, con lluvias y vientos. En este caso, casi sin apenas transición, pues el jueves el tiempo era soleado, para dar paso a las lluvias al día siguiente.