Policías lucenses protegieron a empleados ilegales de los burdeles

La Voz LUGO/LA VOZ.

GALICIA

El portero del Queen's recibía en el local a los agentes pese a tener una orden de expulsión de España

30 oct 2010 . Actualizado a las 03:10 h.

El recepcionista del club lucense de alterne Queen's dio la bienvenida durante años a los policías que iban al establecimiento, algunos de la brigada de Extranjería, a pesar de estar en situación irregular. Tenía una orden de expulsión del país durante tres años. Las investigaciones llevadas a cabo dentro del marco de la operación Carioca, para acabar con una trama tejida en torno a los burdeles y también a algunos miembros de las fuerzas de seguridad de Lugo, revelan que este y otros empleados del club pudieron haber recibido trato de favor policial e incluso protección. Por el momento, cinco policías fueron detenidos (entre ellos un subinspector de Extranjería) y el jefe de dicho departamento, llamado a declarar en condición de imputado. Todos quedaron en libertad.

El portero del burdel que servía de centro de operaciones a la trama superó sin ningún tipo de problema las redadas policiales llevadas a cabo en el establecimiento y también las continuas visitas que realizaban policías al club. Lo mismo sucedió con otras empleadas. Sin embargo, algunas mujeres tenían que esconderse cuando sabían de antemano que podían producirse controles de los funcionarios policiales. En clubes que no pertenecían a José Manuel García Adán sí se hacían detenciones. En los de este presunto proxeneta, las inspecciones fueron, supuestamente, un mero trámite.

Parece que a principios del 2007 todavía no estaban apretadas todas las teclas porque el recepcionista tuvo un problema durante una intervención policial en el establecimiento de O Ceao. Como consecuencia de la misma fue objeto de un expediente de expulsión del país por encontrarse en situación de estancia irregular en España. Le prohibieron permanecer en territorio nacional durante tres años. Del expediente en cuestión parece que nunca más se supo.

Los investigadores descubrieron que el portero era, supuestamente, un recomendado no solo de algún policía de Extranjería, sino también de un guardia civil que, presuntamente, pidió que se le dejase tranquilo. Y parece que así fue. El empleado siguió dando la bienvenida a los agentes y comunicando a sus jefes en el negocio la presencia de los mismos cuando lo consideraba necesario.

Según apuntaron ayer diversas fuentes, en el marco de la investigación que desarrollaron agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, después de que la jueza entrase en los departamentos de Extranjería de la comisaría y de la Subdelegación del Gobierno, pudo comprobarse que hubo colaboración de policías y también de otros funcionarios para la regularización de mujeres que eran «amigas» de los agentes.