En su despacho en la Fundación Serralves acaba de estar en visita privada el presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, lo que evidencia, como su propio currículo, que Braga da Cruz es tenido en cuenta en momentos clave, y este para Portugal, cree, es muy delicado.
-¿Está Portugal en estado de emergencia?
-Yo no diría tanto. Está en un momento crítico, pero puede ser peor si llega a dimitir el Gobierno, si no se aprueban los presupuestos o si sigue aumentando el interés de la deuda. Algunos creen que la terapéutica de los tres planes de austeridad fue excesiva, pero la UE y hasta el presidente de la República, que es del partido de la oposición [PSD], los ven necesarios. Pero hay rechazo social, con una huelga general convocada. Es un momento difícil.
-¿Usted habría ido tan lejos?
-Las medidas tomadas son muy duras y mi temor es que la contención del sector público se contagie en el privado, eso puede ser dramático para Portugal.
-¿Critica entonces la estrategia del primer ministro, José Sócrates?
-Se metió a hacer muchos cambios a la vez: en educación, Justicia, salud... Creo que abrió muchos frentes al mismo tiempo y algunos innecesarios, aunque es cierto que muchos de esos sectores necesitaban cambios estructurales y con ellos se han logrado avances importantes, como en investigación y universidades.
-¿Cuál debe ser la prioridad?
-La prioridad debe ser impulsar la capacidad exportadora, porque es una fuente de tributos y obliga a modernizar sectores, como ocurrió con el textil o la energía.
-¿Esta crisis puede afectar a las relaciones entre Galicia y Portugal, que usted tan bien conoce?
-El 90% de la población que vive en la frontera hispano-lusa lo hace en el eje A Guarda-Arbo y eso es muy revelador del papel del norte portugués y Galicia en la relación de los dos países. Gallegos y portugueses del norte propusimos a la UE crear un programa interfronterizo y de ahí surgió para toda Europa el Interreg. Pero ahora ya no se trata solo de hacer puentes sobre el Miño, ahora toca lo inmaterial, el conocimiento, el comercio, la integración territorial. Podemos hacer aquí un nuevo Benelux y este es un buen momento para empujar y lograr esa nueva macrorregión.
-¿El AVE Oporto-Vigo parece que se quedará en el olvido?
-Lamentablemente. Yo no creo que un proyecto como el AVE aumente la deuda. El norte necesita proyectos como ese, porque es donde más se nota la crisis.
-¿Cree que es un error paralizarlo?
-Fraga invitó a pasar un fin de semana a Cavaco en Santiago y le dio una vuelta en helicóptero por Galicia. Al volar sobre el Miño le señaló la autopista que se acababa en Tui, y le dijo: «Al otro lado no hay nada». El lunes Cavaco ordenó hacer la obra de nuestra parte. Es cuestión de tener visión y con el AVE pasa lo mismo, es más que un tren, puede ser una gran herramienta de integración.