Vía libre a la nueva planta depuradora de Vigo, que no estará lista antes del 2016

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO/LA VOZ.

GALICIA

Xunta, Concello y ministerio suscriben un convenio que abre la licitación de una obra de 230 millones de euros

03 ago 2010 . Actualizado a las 11:26 h.

La ciudad de Vigo vierte a la ría sus aguas residuales deficientemente depuradas. Debido a ello la Unión Europea exigió hace varios años una actuación urgente ante la imposibilidad de encajar esta circunstancia con la actividad de las bateas. Sin embargo, el acuerdo político para construir una nueva estación depuradora ha tardado en concretarse ante las visiones contrapuestas de los distintos partidos políticos.

Tras una larga espera, el consenso definitivo se escenificó en la mañana de ayer en el Concello vigués. La ministra Elena Espinosa, el conselleiro Agustín Hernández y el alcalde Abel Caballero estamparon su firma en un documento que establece las condiciones en que se llevará a cabo el proceso y las aportaciones de cada una de las Administraciones implicadas.

En cualquier caso ayer se inició un camino que tardará varios años en concluir, cinco al menos y posiblemente algo más, hasta que la nueva planta de tratamiento esté concluida. Es un plazo largo aunque imposible de acortar dada la complejidad que supone la construcción de una nueva depuradora en los mismos terrenos que la actual, que forzosamente seguirá funcionando mientras tanto.

Plazo pendiente

El único dato que aportaron los tres responsables políticos es que en septiembre se convocará la licitación de proyecto y obra. A partir de entonces las empresas interesadas dispondrán de cuatro meses para presentar sus propuestas. A comienzos del 2011 llegará el momento decisivo de elegir la opción más adecuada, lo que se presume complicado. Es casi segura la concurrencia de las grandes constructoras, que sin duda ofrecerán variantes que deberán ser analizadas con detalle. En tal contexto es imposible calcular el plazo que llevará adjudicar la redacción del proyecto y la obra, pero sin duda no será breve. A partir de entonces la empresa elegida tendrá que elaborar el proyecto y después ejecutar los trabajos. El alcalde estimó ayer en cuatro años el tiempo necesario, con lo que el horizonte más optimista para su finalización es el de finales del 2015 y mucho más realista, el 2016.

Servicio garantizado

Lo que todas las Administraciones implicadas tienen claro es que la actual (y deficiente) depuradora debe seguir funcionando mientras se construye la nueva; de lo contrario, podría desencadenarse una crisis ecológica. Así lo garantizó también el presidente de la sociedad pública estatal Acuanorte, Jorge Marquínez, que reconoció que el proceso será complejo pero que ha sido previsto. «Vigo no puede quedarse sin depuración, ya que seguirá funcionando la actual, aunque en determinados momentos habrá cambios; cuando se construya una nueva instalación entrará en servicio y se aprovechará para derribar la actual», explicó.

En total la futura depuradora ocupará los 60.000 metros cuadrados de la actual y una superficie similar adyacente que será expropiada a sus dueños. No obstante, 15.000 metros cuadrados de la existente se cederán para ampliar la zona protegida de la junquera del río Lagares.

El proyecto prevé una inversión de 230 millones de euros repartidos casi a partes iguales entre Xunta y Ministerio de Medio Ambiente. Por su parte, el Concello aportará el terreno de la actual y el coste del que habrá que expropiar -en total, unos 14 millones de euros-, y tras la conclusión de las obras recibirá la titularidad de la depuradora y adjudicará su explotación.

Después de la firma de ayer parecen lejanas las tensiones entre Caballero y Hernández, que han retrasado el convenio durante un año por motivo político-económicos. Sin embargo, en sus discursos quedó en evidencia que ninguno de ambos ha olvidado esta agria polémica.