Los filtros impuestos al voto emigrante preocupan a la diáspora gallega, que cree que la reforma electoral podría ser solo la primera de otras limitaciones a sus derechos. Mercedes Núñez, emigrante de Vedra en Buenos Aires, está indignada. «Si nos sacan el derecho a votar es como que nos descartan. Entonces que no vengan más los políticos gallegos a buscar nuestros votos cuando hay elecciones allí», afirma. Y añade: «No sería extraño que nos saquen las pensiones».
Benito Fernández, de Rairiz de Veiga (Ourense), recuerda: «Yo hice a mis hijos y mis nietos ciudadanos y para mí es como si fuesen españoles, llevan mi sangre». «A mis dos hijas siempre les mandaban la carta para votar y ahora no se la van a mandar más. Con el tiempo nos van a seguir quitando cosas. Si no tenemos voz para el voto, pronto no tendremos voz para nada», se queja.
«Estamos perdiendo todos nuestros derechos, porque en Argentina solo nos dejan votar para los alcaldes. Somos parias. Ellos, mientras nos necesitaron, todo bien. ¿Y ahora? Dicen que gastan demasiado en las elecciones, pero no tienen necesidad de venir aquí. Ponen una urna y listo. Yo participé en la marcha hacia la embajada de España que hicimos para pedir que no nos quiten este derecho. Pronto haremos otra», anuncia la fisterrana María Velay.