Las listas electorales fracturan el Bloque

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO/LA VOZ.

GALICIA

La UPG apuntala su posición en las ciudades cortándole las vías de oxígeno a la corriente surgida del quintanismo

20 jun 2010 . Actualizado a las 03:39 h.

La ofensiva total que lanzó la Unión do Povo Galego (UPG), el partido mayoritario del BNG, para apuntalar sus posiciones en las ciudades gallegas y afrontar con mayores garantías de éxito la asamblea nacional que tendrá lugar tras las municipales del 2011, avivó la llama de las tensiones internas en la organización nacionalista y aniquiló el capital que hace un año había acumulado la corriente que lidera Carlos Aymerich, a la vez que desató el desánimo y las voces que apuntan hacia una futura escisión del Bloque.

La última oleada de encontronazos entre los dos grandes grupos del BNG -la UPG que dirige Francisco Rodríguez y Máis Galiza, la fuerza heredera del quintanismo que capitanea Aymerich- comenzó hace unas semanas, cuando el interés común de ambas puso contra las cuerdas a Henrique Tello, forzándolo a renunciar como candidato en A Coruña. Este cambio, deseado desde hacía años por la UPG , también le dejó el camino expedito para asomar la cabeza en la capital coruñesa, a la vez que le insufló ánimos para continuar con su ofensiva en las ciudades restantes, como Vigo, Ourense, Lugo o Santiago, donde, una tras otra, fueron cortando prácticamente todas las vías de oxígeno de Máis Galiza y del Encontro Irmandiño de Xosé Manuel Beiras.

La foto final de este proceso está ya a la vista. Y lo que muestra es que aquella corriente que alentó Anxo Quintana al calor de la Xunta, y que en la asamblea de hace un año le disputó el liderazgo a la UPG, se ha quedado deslavazada, sin rumbo y sin ofrecer un discurso ideológico claro. «Máis Galiza quedou ferida mortalmente», resume de forma gráfica un dirigente de esta corriente. De hecho, mientras el partido marxista de Rodríguez fió su poder a su férrea unidad interna, logrando así mejorar su posición en todas las candidaturas, los de Máis Galiza trazaron una estrategia más variable para pelear únicamente por los cupos en las listas, postura que fue percibida de manera desigual por sus tropas y que los condujo a la derrota total en Ourense y en Santiago.

A lo anterior se suman las diferencias que han aflorado en el seno de este grupo entre Aymerich, partidario del entendimiento con la UPG para pilotar el futuro de la organización, y Teresa Táboas, más proclive a tender también puentes con los irmandiños de Beiras, consciente de que esta alianza les da la mayoría en el consello nacional, el máximo órgano del Bloque.

Las diferencias en la cúpula de Máis Galiza se trasladan también a sus bases, muy desmoralizadas tras las sucesivas derrotas en las ciudades, y que en sus foros de opinión incluso muestran encuestas internas que apuntan la posibilidad de una futura escisión en caso de que la UPG no reparta juego.

La salida del Bloque, que el portavoz nacional, Guillerme Vázquez, le sugirió hace dos meses al propio Beiras, tampoco la descartan los irmandiños , que apelan a la elevada afluencia de público, y sobre todo jóvenes, que están acudiendo a las charlas impartidas por el veterano dirigente para recordar que, a sus 74 años, el catedrático de Economía aún puede prestarse a nuevas aventuras políticas.