El alemán Kurt Sandler ideó un particular sistema con dos ruedas de bicicleta para portar sus enseres

La Voz

GALICIA

26 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Entre lo blanco y el negro, un extremo y el otro, existen posibilidades. El alemán Kurt Sandler (64 años) ideó su propio método de carga. No trae su mochila a la espalda ni la manda en coche, sino que, sobre dos ruedas de bicicleta, dos bastones y un sistema de enganche a su cuerpo a través de unos cinturones, lleva sus enseres en un carrito particular que desató la atención de muchos otros peregrinos a su llegada a O Cebreiro. Lo monta y desmonta como quiere, lo enseña y, sobre todo, lo aprovecha más que bien.

Es la primera vez que hace el Camino, y por muchas razones: «La primera, porque tengo 64 años y quería saber si era capaz; la segunda, porque he trabajado mucho tiempo en Sudamérica, me gustan los latinos y quiero conversar con ellos; la tercera, para conocer el paisaje y otra gente».

Aprendió a llorar de nuevo

«Sabes algo? Una cosa del Camino que me ha hecho muy feliz es que he aprendido de nuevo a llorar». Sandler se ha emocionado escuchando los problemas de los peregrinos. «Yo no me voy de hoteles, porque de esa manera no hay contacto con los demás». Él lo disfruta a su manera y desde Saint Jean Pied de Port ha aprendido que hay dos clases de seres humanos, «los simpáticos y los menos simpáticos». Kurt (en España lo llaman Joaquín, por su segundo nombre) lleva el secreto de su vitalidad en el bolsillo: una pequeña concha que le ha regalado su hija (además de ella, tiene otros dos varones).