El incendio que arrasó la mueblería de O Corgo pudo ser intencionado

GALICIA

Los investigadores estudian las causas de que no llegase a sonar la alarma y de que estuviese forzada una puerta

22 abr 2010 . Actualizado a las 09:14 h.

Un incendio, presuntamente intencionado, devastó por completo una nave de exposición de muebles en el municipio lucense de O Corgo, de la empresa Muebles Toirán.

Los indicios apuntan a que el siniestro pudo ser provocado de manera premeditada. El más evidente es una puerta en uno de los laterales del edificio que da acceso a las oficinas y cuya cerradura apareció claramente forzada. Los miembros de los servicios de emergencia aseguran no haber roto este acceso y tampoco han visto a nadie que lo hiciera.

Otro dato bastante esclarecedor es que la alarma no llegó a sonar, cuando los propietarios relataron que alguna vez lo había hecho incluso por haber detectado únicamente la presencia de un pájaro en las instalaciones durante la noche. Un cable que apareció cortado podría pertenecer precisamente al mecanismo de la alarma.

La hora en la que comenzó el fuego -poco antes de abrir las dependencias al público- tampoco parece muy apropiada para las intenciones de un ladrón, por el alto riesgo que supone la probabilidad de ser sorprendido dentro. La posibilidad del robo no era muy plausible para la hija del propietario, Susana Valcárcel, quien dijo que en los trece años que llevaba abierto el establecimiento solo tenían constancia de que les intentaran entrar a robar en dos ocasiones, aunque también manifestó que hace unos años les habían sustraído varios vehículos de la flota de reparto, presuntamente para utilizarlos para transportar el botín de un robo perpetrado en otro negocio.

El fuego se desató poco antes de las ocho de la mañana y los primeros en detectarlo fueron varios conductores que circulaban en ese momento por el kilómetro 6 de la LU-546, carretera que une la capital provincial con Sarria, en el lugar conocido como la recta de Sabarei. Las llamas se extendieron de inmediato por la nave más próxima al vial y destinada a oficinas y exposición de muebles. La elevada combustibilidad de los materiales favoreció una propagación rápida, por lo que el edificio fue pasto del fuego en poco más de treinta minutos.

Una vez sofocado, se podía observar que solo resistieron la intensidad de las llamas algunos jarrones de cerámica. El resto de los enseres eran prácticamente irreconocibles. Las llamas destruyeron por completo la nave de unos 3.000 metros cuadrados.

Depósito de combustible

Lo único que pudieron evitar los servicios de emergencia -fundamentalmente, los bomberos del parque de Lugo- fue que el fuego arrasara la nave aneja a la anterior y que es usada como almacén. La operación entrañaba un gran riesgo por la presencia en esta zona de un depósito de combustible, que si llega a hacer explosión hubiera podido ocasionar una catástrofe mucho mayor. Por fortuna, los equipos de extinción evitaron que el fuego se propagara y pudieron salvar de las llamas el segundo almacén, aunque la gran cantidad de agua utilizada y el humo liberado dejaron inservibles los muebles allí almacenados. La intensa humareda y la proximidad de la nave a la carretera incluso obligó a los agentes de la Guardia Civil a cortar el tráfico durante unos instantes en la LU-546 para evitar accidentes. La interrupción duró pocos minutos y la circulación se restableció con normalidad.

La actuación de los servicios de emergencia fue rápida y evitó males mayores. La carroceta del Concello de O Corgo llegó de inmediato, pero su presencia fue casi testimonial ante la magnitud del suceso. Poco después hicieron acto de presencia Guardia Civil, varias carrocetas de Medio Rural y los bomberos de Lugo. El trabajo que desarrollaron desde el primer momento permitió que el fuego estuviera prácticamente controlado en poco más de una hora.