«Temos que saber aproveitar todo o que nos deixou Mariluz porque é unha oportunidade para a vila»

La Voz

GALICIA

21 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En los registros del Concello de Bande, en Ourense, aparece un nombre: María Lucía Rodríguez Varela, aunque todos en el pueblo la conocen como Mariluz. Una casa de piedra ubicada cerca del Ayuntamiento es la suya, uno de los múltiples inmuebles que dejó al Concello y que ahora aguarda para convertirse en un centro sociocomunitario «para necesitados, mulleres, nenos e persoas maiores, unha biblioteca municipal, museo e salón de actos», tal y como dejó escrito en su testamento.

Mañana hará doce años que falleció esta mujer. Tenía 45 años. Estaba soltera e hizo una herencia por legados en la que cedía todos los bienes inmuebles de su propiedad radicados en el concello a Bande. En el 2006, el ente local aceptó la herencia y ahora trabaja para cumplir todo lo que dejó escrito.

«O certo é que dende o punto de vista xurídico facilitou moito todo, non hai moita xente que faga o que fixo. Temos que saber aproveitar todo o que nos deixou porque é unha oportunidade para Bande. O pobo estalle moi agradecido», explica el alcalde, José Antonio Armada, que tiene ahora entre sus prioridades dar un empujón al centro comunitario.

En el 2007 ya presentaron a la Xunta el proyecto para la construcción del inmueble, que incluye un centro de día, y ahora aguardan una respuesta.

Pero fueron muchos otros los bienes que heredó el Concello, entre ellos también varias fincas rústicas en la zona. La vecina estableció también por escrito que el gobierno local podrá deshacerse de alguno de ellos, pero únicamente en caso de que todo el beneficio obtenido revierta en los otros proyectos que quiso llevar a cabo para el concello. Lo único que no podrá comercializar son algunos objetos de valor, como algunas de las antigüedades que tenía.

Lobios y Gomesende

Pero Bande no fue el único que recibió el legado de aquella vecina. Lobios y Gomesende también obtuvieron parte de los bienes que tenía. A cada concello le correspondió lo que estaba ubicado en el término municipal. Y el Obispado de Ourense recibió otra parte, todo lo que estaba en el término ourensano.