El ataque de un lobo causó heridas en un brazo y en una mano a un pastor de ovejas en un monte cercano a Cee

GALICIA

Jesús Martínez se encontraba trabajando a escasos metros de la granja en la que está empleado, cuando en medio de la foresta se encontró con el animal

04 mar 2010 . Actualizado a las 03:47 h.

Un pastor de ovejas que trabajaba recogiendo helechos y vegetación en un monte de Tedín (Cee) resultó herido el martes por la mañana en la localidad como consecuencia del ataque de un lobo.

Jesús Martínez se encontraba trabajando, ayudado por un compañero, a escasos metros de la granja en la que está empleado, cuando en medio de la foresta se encontró con un lobo. Al principio, cuenta, pensó que se trataba del perro de un vecino y llamó a sus propios canes para evitar una pelea entre ellos. Sin embargo, el animal siguió merodeando y acabó acercándose y enfrentándose a sus perros. Él se aproximó a los animales y entonces el lobo, según relata, saltó hacia él mordiéndole en un brazo. «Atravesoume todo», cuenta Martínez.

Atención médica

El animal salvaje también le causó heridas en el dedo de una mano. El pastor recibió atención médica en el hospital de Cee, donde fue dado de alta el mismo día.

«O can tirou por el e deixoume ir, se me vai á gorxa, igual mátame», cuenta Martínez, quien cree que sin sus perros, León y Trosky -un mastín y un cruce de mastín y pastor alemán- la cosa hubiera podido acabar de otra manera.

Con el pastor estaba trabajando en el monte Alfredo Novo. El joven logró eludir, cuenta, el ataque del cánido. Cuando se ensañó con su compañero aprovechó para coger una horquilla con la que trató de ayudar a Martínez atacando al lobo. Finalmente, entre los perros y la herramienta acabaron por dar muerte al animal.

Al día siguiente, Martínez, ya recuperado del susto pero con el brazo vendado y en cabestrillo, volvió al trabajo en Tedín. «Xa me vin con varios lobos, pero nunca me fixeran frente», narra. En la zona no resulta infrecuente toparse con cánidos salvajes, aunque en general nunca han causado problema alguno más que llevarse alguna oveja.

El rebaño de 300 ovinos con el que trabaja suele estar siempre cuidado por perros y pastores y solo en una ocasión hubo una baja entre el ganado, explica su propietario, aunque no es la primera vez que ven lobos merodeando las cuadras.

Martínez explica que el animal, en lugar de huir de la presencia humana, se quedó y peleó con los perros.