Las aldeas con menos de 200 habitantes tendrán dificultades para no desaparecer

GALICIA

22 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La Asociación Española de Municipios contra la Despoblación, entidad que reúne a decenas de localidades que están llevando a cabo planes para tratar de frenar la caída de sus censos, considera que las parroquias y aldeas que cuenten con menos de 200 habitantes son las que más riesgo tienen de acabar desapareciendo, al tener más difícil el mantenimiento de sus servicios y la fijación de su vecindario.

Luis Bricio, presidente de dicha asociación nacida en Aragón, estima que los núcleos que no superen los dos centenares de residentes tienen muy complicado el poder mantener estructuras como las educativas o sanitarias, sin las que las nuevas generaciones optan por buscar enclaves con más población en la que las necesidades vitales cuentan con una oferta suficiente. «Los niños son el cebo para conseguir que una población pueda mantenerse, y sin ellos es prácticamente imposible», advierte.

El cebo infantil

La organización que lidera y que está extendida por medio centenar de municipios de provincias como Teruel, Huesca, Zaragoza, Valencia, Soria, Burgos y Castellón, centra desde hace diez años parte de su trabajo en mantener o abrir nuevas unidades educativas en los pueblos que consiguen repoblar. De hecho, sus programas de captación de familias, principalmente inmigrantes, ha propiciado el reasentamiento de 215 niños y 163 adultos. En la mayoría de los casos, las incorporaciones logradas no solo han servido para frenar su despoblación, sino que la llegada de familias con niños ha propiciado la reapertura de unidades escolares, cerradas desde hace años, según atestigua Bricio.

Galicia no cuenta con ningún municipio de menos de 200 habitantes, pero empieza a acercarse a dicho nivel en puntos como la localidad lucense de Negueira de Muñiz, que suma solo 210 vecinos, tras perder en los últimos diez años el 22,5% de su censo. A Teixeira, con 479; Beade con 521, o Larouco, con 581, dibujan en todo caso un declive poblacional que afecta a 18 localidades que cuentan en la comunidad con menos de mil residentes empadronados, según el último recuento oficializado por el Instituto Nacional de Estadística.

Todos ellos, ubicados en las provincias de Lugo y, fundamentalmente, de Ourense, han registrado descensos continuados en sus padrones durante los últimos diez años. En algunos casos, esas caídas han supuesto perder más de un 29% de la población con la que contaban en 1999, como ocurre en el municipio lucense de Muras, o un 28% como en el ourensano de San Xoán de Río, o casi un 27% en el de Chandrexa de Queixa.

Solo el caso de la villa pontevedresa de Mondariz Balneario, beneficiada por el asentamiento de familias procedentes de Vigo, se salva del descenso poblacional en el caso de las localidades gallegas con menos de mil habitantes. La actual cifra de 726 vecinos fue alcanzada después de crecer a un ritmo de una decena de habitantes por cada uno de los últimos diez años.

Un 53% de las parroquias

Galicia cuenta con 3.775 núcleos de población colectiva (prácticamente la mitad de todos los que existen en España), puntos intermedios entre el municipio y los enclaves singulares formados por barrios y áreas diseminadas.

Parroquias y aldeas son las figuras colectivas más identificables en la comunidad autónoma gallega y que constatan, con su escaso volumen de ocupación, el riesgo de desaparición de muchos de ellos: basándonos en el tope de menos de 200 habitantes, serían un 53% del total. Lugo, que es la provincia con más aldeas y parroquias de Galicia, suma 1.263, de las que 1.014 no cuentan siquiera con 200 habitantes. Dos terceras partes de las 916 que hay en Ourense no llegan tampoco a la barrera crítica, mientras que en A Coruña baja al 22% y en Pontevedra al 26.