El príncipe Felipe recuerda en Roncesvalles sus experiencias como peregrino

EFE

GALICIA

«El Camino es y ha sido de modo esencial ruta de Europa y vía de universalidad», ha señalado.

09 feb 2010 . Actualizado a las 19:53 h.

El Príncipe de Asturias y de Viana ha sostenido hoy en Roncesvalles en la apertura del Año Jacobeo que la «fraternidad y superación, ideas fuerza del Camino de Santiago», deben servir de impulso para «hacer de España una Nación siempre mejor».

«Una España orgullosa de su riqueza cultural tan diversa y plural a la que las legítimas diferencias sirvan de acicate para lograr un país más cohesionado, una España más preparada y con energías renovadas, para reemprender con vigor la senda del crecimiento y del mayor bienestar», ha añadido don Felipe, quien se ha mostrado emocionado por regresar a Roncesvalles y presidir de nuevo este acto como hizo en 1993 y 2004.

Además don Felipe ha recordado su primera experiencia jacobea a los 8 años y cuando caminó como peregrino y se ganó el jubileo en el 93 y 97 junto a las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa.

El Príncipe, quien ha asegurado estar «convencido de que el futuro de España se alimenta aplicando el espíritu de la solidaridad», se ha referido al Camino de Santiago como «un tapiz de principios» que ofrece la oportunidad de «tomar el pulso a la vida y al espíritu», que evoca «concordia, solidaridad y unión» e invita a la superación.

Recordando unas palabras pronunciadas recientemente por el Rey, ha dicho: «somos una gran Nación europea de larga historia y patrimonio inmenso, que no puede comprenderse sin esa diversidad que no sólo nos enriquece, sino que sobre todo es consustancial al mismo ser de nuestro país».

«El Camino es y ha sido de modo esencial ruta de Europa y vía de universalidad», ha señalado, para, tras subrayar que fue «el primer proyecto europeo común», afirmar: «hoy los europeos nos encontramos de nuevo juntos en un ambicioso e imprescindible proyecto común».

Don Felipe ha apuntado que este año, en el que se cumplen 25 años de la incorporación de España a «dicha obra de integración» y este país asume la presidencia rotatoria de la UE, quizás sea un «buen momento para insistir en la idea de que los altos ideales y valores que inspiran el Camino sigan orientando la maquinaria de esta gran obra humana que avanza inacabada».

«La universalidad es la última gran escala que aporta el Camino de Santiago y también por ello la UNESCO declaró a esta ruta Patrimonio de la Humanidad», ha sostenido don Felipe, quien ha tenido también palabras de recuerdo para quienes «sobrepasaron, con grandeza y valentía, la frontera del fin del mundo, implantando de ese modo la primera semilla de la globalización».

Así se explica, «junto a la esencial europeidad de España, su indudable y esencial dimensión iberoamericana», según el Príncipe, que ha subrayado que en América el nombre de Santiago «está profusamente presente» y evoca el espíritu de «solidaridad y superación que hace ya mil doscientos años comenzó a brotar entre la capital de Galicia y estos grandiosos montes Pirineos».

«Este Año Santo Compostelano, con realismo pero con ambición, debemos desearnos lo que más necesitamos. Unidos y con determinación, tengo la seguridad de que superaremos todos los retos que se nos planteen», ha concluido el Príncipe, que ha deseado un «feliz Jacobeo 2010».