Los caballos salvajes retenidos en Poio provocaron destrozos por 3.000 euros en al menos 39 fincas

Nino Soto

GALICIA

02 feb 2010 . Actualizado a las 02:05 h.

Los vecinos del municipio pontevedrés de Poio afectados por los daños causados por seis caballos salvajes valoraron ayer los destrozos en al menos tres mil euros, cantidad que podría verse incrementada. Un total de 39 propietarios denunciaron que sus cultivos se vieron perjudicados por la bajada de los animales del monte Castrove, el pasado domingo. Ya han puesto lo sucedido en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Los equinos están retenidos a la espera del acuerdo que puedan alcanzar directivos de la Comunidade Cabalar Monte Castrove y los afectados. «De momento tenemos los caballos. Si no nos pagan por los daños estamos decididos a subastarlos», resumió una afectada. Y precisamente una subasta fue lo que organizaron en su día vecinos de una parroquia de Caldas de Reis para deshacerse de 21 caballos llegados del monte Xiabre que provocaron daños en varias fincas. El precio final fue de solo 1.000 euros. «Se non chegan os cartos, non pasa nada», precisó otro afectado.

No obstante, José Vidal, presidente de la citada asociación equina, reclama una negociación. «É vergoñento que se sabe quenes son os donos dos cabalos e os veciños non queren saber nada de nós», sostuvo Vidal. «Nos responsabilizamos do ocurrido -precisó-. Os danos foron en campos de herba».

Los vecinos de la parroquia de San Xoán de Poio no comparten las palabras de Vidal. «Aquí nadie de la asociación se interesó por nada. Solo un directivo llamó al dueño de la casa donde están los animales», detalló una perjudicada por los destrozos de los seis caballos salvajes.

Aunque en San Xoán de Poio, concretamente en el lugar de A Ucha, aún se está determinando si son más los afectados, esta misma mañana los vecinos irán al Concello para formular una denuncia formal. Los perjudicados detallaron que tuvieron que esperar a hoy puesto que necesitaban el informe de un veterinario para recoger el estado en el que se hallan los equinos y si llevan microchips de identificación. «É información que lle fai falla aos servizos de Medio Ambiente. Logo eles trasladan a denuncia», apuntaron.