01 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El nuevo presidente del PP de Ourense había anunciado el 2 de enero el «apoio masivo do 95% dos representantes do PP de Ourense». Dos días antes de las primarias declaró tener en su poder 980 avales de los 1.212 compromisarios que participarían en el congreso. Al final, tras pronunciarse los militantes, contó con el voto de 723 afiliados. En un mes pasó del 95% de los apoyos al 62% y en dos días perdió el respaldo de 232 afiliados.

El dato matemático refleja lo que pasó en Ourense. El nuevo presidente, José Manuel Baltar Pumar, lo fue por el trabajo a destajo de su padre y antecesor en el cargo. La política del clientelismo a cuenta del erario público dio sus últimos estertores. En los votos del rural (en las primarias celebradas en la capital el baltarismo había sido fulminado) recogió el joven vástago los frutos de los pretéritos favores paternos.

Su primer discurso estuvo plagado de progresismo, ourensanismo y galeguismo. Fue la parte teórica y verbal de un discurso que no se compadece con la realidad de la directiva que formó para dirigir los nuevos tiempos del PP de Ourense. Más que el primer equipo del joven hijo al que le apasionan los Beatles parece el último del veterano padre que se emociona con la Real Banda de Gaitas de la Diputación. Baste señalar, a modo de ejemplo de la supuesta renovación, que en cargos ejecutivos de su directiva están el alcalde de Xinzo de Limia, Isaac Vila, que lleva 30 años de regidor a excepción de los 4 que estuvo apartado de la política tras sentencia del Supremo por prácticas ilícitas de cargo público; o el desde 1979 regidor de Vilamarín, que en los noventa estuvo procesado, por irregularidades en unas obras, en el conocido caso del cura de Tamaguelos . También figuran dos de los diputados, Miguel Santalices y Maximino Rodríguez, que en el 2003 se encerraron en un piso para poner contra las cuerdas a Fraga y su mayoría parlamentaria. O la alcaldesa de Porqueira, que accedió al Concello como líder del PSOE y se pasó al PP; o el alcalde del Concello de Baltar que antes había gobernado Xinzo con un tripartito de CG, PSOE y BNG. Y así un largo etcétera de personas cuyo pasado no responde a la preconizada renovación teórica. Este es el PP que Baltar padre legó en herencia al hijo como pudo dejarle una finca o la colección completa de los discos de la banda de Liverpool.