Listas cuesta arriba en el Bloque

GALICIA

La actual relación de fuerzas en el BNG hará que a la UPG le cueste más colocar a sus candidatos para las municipales

12 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La última asamblea nacional del BNG, celebrada poco después de la derrota electoral que aupó a Feijoo a la Xunta, sirvió para emprender el camino de una renovación en el nacionalismo. Guillerme Vázquez, avalado por la UPG, el partido mayoritario en el frente, es el nuevo rostro de ese cambio. Pero de aquel proceso surgió un nuevo equilibrio de fuerzas interno que ha abierto un escenario hasta ahora inédito en la organización. La suma de Máis BNG, corriente que recoge el legado del quintanismo, y Encontro Irmandiño, liderada por Beiras, puede disputarle a la UPG una votación en el Consello Nacional, el máximo órgano entre asambleas. Ya sucedió en una ocasión, a mediados de septiembre del pasado año. Y era la primera vez que ocurría en la historia del BNG.

Este nuevo equilibrio tiene trascendencia de cara a las próximas elecciones municipales. La designación de candidatos y listas corresponde a las asambleas locales y es luego el consello nacional quien las ratifica. Es decir, que en este escenario podría darse el caso de que la suma de Máis BNG y Encontro Irmandiño sirviese para tumbar un candidato de la UPG.

El partido liderado por Francisco Rodríguez tiene la mayoría aritmética en las agrupaciones locales de muchas ciudades. Es el caso de Ferrol, Santiago, Lugo, Pontevedra e incluso Vigo (las excepciones son Ourense y A Coruña). En cinco de las siete grandes urbes la UPG goza de suficiente poder como para que triunfe su lista, pero podría llegar a ser rechazada en el consello nacional. Sin embargo, se trata de una alternativa con serios inconvenientes. Por un lado, la impopularidad que generaría en el conjunto de la militancia ir contra la decisión de las bases. El BNG ha abanderado como ejemplo de democracia interna este proceso asambleario, de abajo a arriba, y lo ha contrapuesto siempre al modus operandi del resto de las formaciones políticas. En segundo lugar, una posible alianza de Máis BNG y Encontro Irmandiño también está condicionada por la discrepancia ideológica. Mientras la primera corriente recoge el legado de Quintana, la segunda es de las que más ha girado a la izquierda.

En este contexto, y a día de hoy, la posibilidad de que el Consello tumbe una lista local con el sello de la UPG es una hipótesis remota y un arma que podría tener Máis BNG en la recámara para forzar a la UPG a llegar a un consenso, lo que rompería su tradicional hegemonía a la hora de decidir los candidatos. A esto se suma otra cuestión: en Máis BNG hay más alcaldes que en la UPG; salvo Lores en Pontevedra y Francisco García en Allariz, la corriente quintanista tiene mayoría en las villas. Es el caso de Sada, Arzúa, Melide, Boiro, Bueu, Cangas, Ribadeo o Monforte.

A pesar de que la designación de candidatos no está en la primera línea de la agenda, el BNG ve en las municipales el termómetro para medirse después del 1-M y para ver su recuperación tras ganar protagonismo político con la ley de cajas y su oposición al decreto del gallego.