El ministro de Fomento, José Blanco, asiste hoy en Lisboa a la primera reunión con su homólogo portugués, Antonio Mendoça, para analizar el futuro de las dos conexiones de alta velocidad entre las dos naciones ibéricas: la línea Madrid-Lisboa y la conexión entre Oporto y Galicia. La intención de los dos ministros es trazar una hoja de ruta realista para los dos proyectos que zanje de una vez por todas las incertidumbres sobre estos proyectos, que arrastran varios años de retraso y que aún se encuentran o en fase de tramitación administrativa o en redacción de proyecto.
La intención es que ambos Gobiernos formalicen su compromiso con las dos líneas de alta velocidad, tras el debate suscitado con la candidata de la oposición en la campaña electoral lusa.
El plazo del 2013
Técnicos de ambos países tuvieron varias reuniones preparatorias del encuentro que reunirá a los dos responsables de las infraestructuras, que deberán analizar si el plazo del 2013 sigue siendo un horizonte plausible tanto para la conexión Madrid-Lisboa como para la que unirá Oporto y Vigo. Es preciso recordar que este objetivo temporal se marcó en la cumbre de Badajoz, celebrada el 25 de noviembre del 2006. Ahora, tres años después, pensar en el 2013 como fecha de finalización es sin duda un plazo muy difícil de defender desde el punto de vista político y técnico.
En el caso de la línea de alta velocidad entre Galicia y Portugal, Fomento se está encontrando con múltiples objeciones al trazado en O Porriño, lo que complica la tramitación del estudio informativo, a pesar de los llamamientos a la colaboración de los ayuntamientos afectados. La salida sur de Vigo también se ha replanteado con un proyecto adicional y hay que recordar que los dos tramos hasta la frontera -Vigo-O Porriño y O Porriño-Tui- aún deben pasar la declaración de impacto ambiental. En la vertiente portuguesa la situación no es más halagüeña. Al menos se han publicado los estudios de los tramos Sá Carneiro-Braga/Barcelos y Braga/Barcelos-Valença do Minho, pero también estos proyectos previos están pendientes del análisis medioambiental.
No sería la primera vez que, tras una reunión bilateral al más alto nivel, los dos países deciden modificar los compromisos temporales. Antes de la cumbre de Badajoz, el plazo para la finalización de las dos conexiones era el 2009.