El acusado de matar a sus padres en Taboadela exigió durante meses que se aclarase el crimen con urgencia

GALICIA

La detención del único sospechoso del asesinato cometido en abril

15 oct 2009 . Actualizado a las 02:08 h.

Han sido cinco meses en los que José Miguel Martínez Campos, detenido desde el martes como presunto autor del homicidio de sus padres, no ha parado de proclamar que era inocente. Conocedor casi desde el primer día de que era el principal sospechoso del crimen, el hijo del matrimonio decidió enseguida personarse como acusación particular en el caso con la intención, así lo aseguraba su letrado, de agilizar las investigaciones y conseguir que se aclarasen responsabilidades.

Sin ir más lejos, el pasado 17 de julio Martínez Campos acompañó a su letrado en una rueda de prensa en la que no se dejó fotografiar ni quiso contestar preguntas comprometidas. Pese a ello, sí insistió en que las sospechas contra él eran infundadas y que era urgente que se resolviera el caso para que su nombre quedase limpio.

Ahora, mientras permanece en los calabozos de la Guardia Civil de Ourense, Campos sigue manteniendo la misma postura. Pese a que los investigadores de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ya han conseguido desmontar su coartada para la tarde de los hechos -de hecho también se ha detenido a una amiga suya como presunta encubridora- y le han mostrado las pruebas que tienen en su contra, el detenido sigue enrocado en su primer testimonio y se ratifica en que es inocente.

Nuevo registro

A la espera de que hoy sea puesto a disposición de la jueza que lleva el caso, el sospechoso salió ayer durante unas horas de los calabozos para desplazarse custodiado por los agentes hasta su domicilio, donde se practicó un nuevo registro. Aunque no ha trascendido información oficial alguna, se cree que el motivo de esa diligencia era un nuevo intento por encontrar el arma con la que, presuntamente, se efectuaron los tres disparos que acabaron con la vida de María Teresa Campos, de 63 años, y José Martínez Vázquez, de 65. La hija de los fallecidos, y hermana del detenido, fue quien encontró sus cuerpos en la mañana del 26 de abril en la casa de Amendo (Taboadela) en la que residía la pareja.