Nueve horas esperando por la ambulancia en Ribeira

GALICIA

Caos con el transporte sanitario no urgente en la comarca de Barbanza

09 oct 2009 . Actualizado a las 02:09 h.

Caos. Posiblemente, esa sea la palabra que mejor define la situación del transporte sanitario no urgente en la comarca coruñesa de Barbanza. Baste decir que desde hace unos días un rosario de pacientes se quejan de que el Sergas ya no les manda ambulancias para acudir a sus citas médicas o les obliga a ir en el transporte con otros enfermos, pese a tratarse de personas con daños cerebrales u otras enfermedades muy graves.

Sin embargo, las cosas no se habían puesto tan complicadas como ayer, cuando varias personas denunciaron que llevaban hasta nueve horas esperando a que una ambulancia los fuese a recoger. Y no estaban, precisamente, esperando tranquilamente en sus casas, sino «tirados» en el Hospital de Barbanza, en Ribeira.

Pilar González fue una de esas personas que vivió en carne propia el zafarrancho que hay montado en torno al transporte sanitario. Su padre, de 78 años, llegó a urgencias anteayer. Le hicieron pruebas y más pruebas, ya que no deja de adelgazar y apenas se tiene en pie, pero los médicos consideraron que tenían que desviarlo al Hospital Clínico de Santiago, con más medios que el comarcal. Esta decisión se la comunicaron a las diez de la mañana de ayer. Sin embargo, a las ocho de la tarde, Pilar y su padre seguían en urgencias esperando por la ambulancia. «Esto es impresionante, mi padre lleva 48 horas sin comer, puesto que no puede hacerlo hasta que le hagan las pruebas. Está con suero y tiene que ir en ambulancia. Esto es más que una vergüenza», se quejó la mujer.

Pilar acudió al mostrador de atención al paciente para poner una queja al Sergas. Al parecer, no llegaron a hacer lo mismo otras personas que, sin embargo, padecieron una pesadilla similar. De hecho, sobre las siete de la tarde, la ambulancia acababa de recoger a una mujer de Porto do Son a la que también le habían dado el alta por la mañana.

«Hay un solo conductor para todo el servicio. Dicen que antes estaban cinco y que los quitaron», señalaba Pilar González. Por su parte, fuentes cercanas al hospital no negaban, ni mucho menos, estos problemas. Sin embargo, sí aludían a que las personas que estaban afectadas no presentaban urgencias vitales.

Complicado panorama

En realidad, las quejas de esta usuaria del Sergas se enmarcan en un contexto muy complicado. La empresa concesionaria del servicio de transporte no urgente, Egara, está teniendo problemas con la Xunta.

La firma asegura que hacía más servicios de los que realmente entraban en el acuerdo, y que la Consellería de Sanidade ha decidido recortarlos a cuenta de la crisis. En cambio, Sanidade solo acertó a decir que se trabaja para que «teña ambulancia quen a necesite».