Barroso aconseja a Galicia que haga una oferta «inteligente» para levantar el veto a la construcción civil en Navantia-Fene

La Voz

GALICIA

06 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Para que los activos de Navantia en Fene puedan destinarse de nuevo a la construcción civil hace falta que España proponga «una solución inteligente» que permita a Bruselas levantar el veto que pesa sobre esos astilleros. Así se lo transmitió ayer el presidente de la Comisión al jefe del Ejecutivo gallego, quien aseguró que Barroso le había advertido de que se trata de un asunto «difícil» que requiere de mucho «traballo diplomático».

La prohibición de fabricar barcos civiles en los astilleros de Fene fue una de las condiciones que la Comisión puso a España para condonar la devolución de las ayudas ilegales que la antigua Izar recibió durante los Gobiernos de Aznar. Con Touriño en la Xunta y el BNG en la Consellería de Industria, la empresa Hijos de J. Barreras planteó la posibilidad de recuperar la actividad civil en Fene privatizando esos activos en su favor, pero los servicios de Competencia de la Comisión advirtieron de que ese plan era legalmente inviable sin la previa devolución de las subvenciones.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió el año pasado en el Congreso a presionar a Bruselas para reactivar Fene aprovechando la promesa de «flexibilidad» que la comisaria de Competencia había asumido tras el estallido de la crisis económica. Sin embargo, el Gobierno no ha dado hasta ahora noticias de que sus gestiones hayan surtido efecto.

Presidencia española

Según Feijoo, ese «traballo diplomático» del que habla Barroso debe desenvolverse especialmente durante la presidencia española de la UE. «É unha cuestión difícil, pero España ten que abordala», dijo.

Durante su reunión con Barroso, el presidente de la Xunta también planteó los problemas que padecen las conserveras gallegas por la competencia de firmas de países extracomunitarios, que no están obligadas a cumplir los rígidos requisitos sociales y medioambientales que se les aplica a las empresas de la comunidad autónoma.

Feijoo se refirió expresamente a las firmas de Papúa-Nueva Guinea, cuyo acuerdo comercial con la Unión, que contempla la supresión de aranceles a las conservas, pone en peligro la viabilidad de las compañías gallegas. «No queremos que polo mismo sitio por onde entrou Papúa poidan colarse outros países, como Tailandia ou China, e Barroso ven de comprometerse a monitorizar a situación», aseguró el presidente gallego.