Cien barcos de toda la ría de Vigo se movilizan contra el puerto de Massó

Noa R. Rey

GALICIA

Después de la protesta en el mar, los manifestantes se concentraron ante el Concello de Cangas

12 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Más de cien barcos de las cofradías de Cangas, O Grove, Baiona, Moaña y demás rincones de la ría de Vigo se congregaron ayer ante la fábrica de Massó para protestar contra la construcción de un puerto deportivo. Todos habían respondido a la petición de la Cofradía de Cangas, y entre las once y las doce de la mañana permanecieron anclados en aguas de la ría haciendo sonar sus sirenas.

La convocatoria fue un éxito pese a que un banco de niebla cubrió la zona a primera hora de la mañana, según explicó Evaristo Álvarez. Sobre la cubierta de un mejillonero, el patrón mayor de Cangas quiso agradecer la ayuda que las distintas cofradías de la ría le han proporcionado desde el comienzo de su lucha contra la obra que está realizando la constructora Marina Atlántica. «A súa presenza aquí faime sentir que non estamos sós nesta loita», explicó Álvarez.

El organizador del paro declaró además que la realización de la obra del puerto deportivo en O Salgueirón acabaría con su modo de vida ya que se cambiarían las corrientes de aire, «co que se destruiría a vida do mar».

En respuesta al depósito de 600.000 euros realizado por Marina Atlántica como garantía en el caso de que se denuncie algún daño en la ría, Evaristo Álvarez expresó que desde la cofradía «nin sequera valoramos iso». «Nós non queremos cartos, o que queremos é un mar limpo», declaró.

Cierre de lonjas

La presencia de tantas embarcaciones paradas en medio de la ría provocó, además de una estampa curiosa, el cierre de lonjas y mercados como el de Cangas. Sin embargo, otras muchas plazas permanecieron abiertas

Lo faeneros presentes en el paro hicieron notar su disconformidad con la creación del puerto deportivo a través de pancartas críticas contra Caixanova, entidad bancaria que financia el proyecto, y contra la alcaldesa de Cangas, en la que se reclama la paralización de las obras.

Al finalizar el paro programado, todos los barcos se dirigieron de vuelta al puerto para continuar con las reivindicaciones. En tierra los esperaban un grupo numeroso de personas que habían asistido a la protesta desde el muelle de la fábrica de Massó.

Desde allí se dirigieron en primer lugar hasta la sucursal de Caixanova situada en el paseo marítimo, ante la cual se concentraron. Después, los más de 150 vecinos manifestantes, según los cálculos de Santiago Pérez, acudieron al Concello de Cangas.

Una vez allí, varias personas lanzaron huevos contra la ventana de la alcaldesa, lo que enturbió la hasta ese momento pacífica protesta.