El descuartizador de Aranga trató de fugarse del hospital, donde ingresó por ingestión de pastillas

GALICIA

Cuando se recuperó, golpeó a un agente y echó a correr, pero lo atraparon enseguida

15 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

José Ramón Blanco Vila, alias Coke, llevaba semanas urdiendo un plan de fuga y ayer quiso llevarlo a cabo. Pero no le salió bien. El principal sospechoso del asesinato y descuartizamiento de dos vecinos de Muros en noviembre del año pasado en su casa de Aranga tuvo la ocurrencia a mitad de semana de ingerir en su celda de la prisión de Teixeiro gran cantidad de pastillas para así lograr su traslado urgente al Hospital A Coruña. Y allí estuvo hasta ayer, tratado en el módulo de presos del complejo sanitario.

Cuando vio que las fuerzas ya le respondían, puso en marcha el colofón a su proyecto. Ya iba a ser devuelto a prisión cuando le soltó un puñetazo al agente que lo custodiaba y echó a correr. Pero su libertad apenas duró unos pasos, pues rápido se le echaron encima. Para llevarlo de nuevo a la cárcel, donde en estos momentos se encuentra en el módulo de aislamiento.

América o Asia

A ninguno de sus amigos y familiares le cogió por sorpresa el intento de huida. Coke lo llevaba anunciando semanas porque, según proclamaba, no tenía nada que perder y mucho que ganar. Soñaba una vida placentera en algún lugar recóndito de Asia o América. Fuentes penitenciarias reconocen que algunos reclusos comentaban ayer que Blanco Vila tenía claro, y así se lo confió a algunos presos, que nadie lo iba a librar de pasar más de 18 años entre rejas, por lo que fugarse era para él «la mejor salida».

Además, la vida de Coke en prisión está siendo muy problemática. Aparte de que su esposa, a la que pusieron en libertad con cargos, está recibiendo amenazas de muerte, también él tuvo problemas con algunos reclusos, personas que conocían a sus víctimas mortales.

Cuando Blanco Vila ingresó en la cárcel coruñesa de Teixeiro a finales del pasado abril permaneció un mes callado, negándose a declarar ante el juez y la Guardia Civil. El que sí habló, y mucho, fue uno de sus compinches, Alberto Souto, alias Nocillas, que señaló a Coke como el hombre que asesinó y descuartizó a los dos vecinos de Muros por una deuda que mantenía con ellos de 800 euros. Entonces, Blanco Vila decidió abrir la boca. Para proclamar que el verdadero criminal es su antiguo amigo Nocillas.

Blanco Vila se sintió traicionado por Nocillas, que nada más ser detenido lo delató. Tanto él como su novia. Hoy son grandes enemigos. Se pudo comprobar en el furgón de la Guardia Civil que trasladó a ambos al Juzgado de Betanzos en una de las muchas comparecencias. Coke, a gritos, amenazó de muerte a Nocillas.

Y ante el juez declaró que cuando llegaron las víctimas a su casa a cobrar la deuda Nocillas estaba escondido con una pistola. Nada más entrar, aseguró, la disparó contra ambos. Coke dijo que dejó la casa con su mujer y su hijo, y que al regresar ya no estaban los cuerpos.