Casi quince días después, el baile de siglas del gobierno continúa alimentando el malestar del municipio. Claro que la situación no es nueva; en el primer pleno después de la moción de censura los cuatro ediles ignoraron su situación y se presentaron como agrupación socialista.
La rosa de la solapa les asegura la retribución de 2.000 euros anuales que ellos mismos se encargan de distribuir. Su respuesta entonces era que estaban esperando la apertura de un expediente de la dirección del partido para poder presentar alegaciones, tildando incluso la carta de expulsión de «chapuza». La respuesta vecinal del pleno entonces no se hizo esperar, al igual que ocurrió en la sesión de la Diputación y que, previsiblemente, se repetirá hoy a mediodía en el edificio del Concello.