El Tribunal Superior declara ilegal un gran hotel balneario en Oia

GALICIA

Anula la licencia de obras debido a que el Concello se olvidó de publicar la ordenanza que reguló el proyecto

12 jun 2009 . Actualizado a las 11:28 h.

Un simple error administrativo puede tener unas consecuencias catastróficas. Lo saben en el Talaso Atlántico, un hotel de cuatro estrellas del municipio pontevedrés de Oia que asoma al océano y que cuenta con uno de los primeros, y el más grande, centros de talasoterapia que se construyeron en Galicia. El Tribunal Superior de Xustiza acaba de anular mediante una sentencia firme la licencia que otorgó el Concello para ejecutar las obras de este complejo turístico hace nueve años. El pleno de Oia aprobó en 1996 unas normas subsidiarias de planeamiento para promover el crecimiento urbanístico del municipio y la creación de nuevas infraestructuras turísticas.

Pero al secretario municipal se le olvidó incluir el texto de la ordenanza que permitía la construcción del hotel en un solar junto a cabo Silleiro cuando envió el planeamiento para su publicación oficial. Los redactores del BOP (Boletín Oficial de la Provincia) recibieron el plano con el círculo marcado con el número de la ordenanza y fue lo único que publicaron. Pero para la Justicia ha sido como no haberlo hecho. La jurisprudencia declara reiteradamente la prevalencia del texto sobre las representaciones gráficas en los planes de urbanismo.

Por lo tanto, al no haber entrado en vigor dicha ordenanza, nunca podía haber sido concedida la licencia. Un particular especializado en detectar infracciones urbanísticas descubrió el caso y lo denunció. La Xunta también pidió una revisión de la licencia e inició un contencioso administrativo porque el Ayuntamiento se negó a contestar.

El caso es que uno de los establecimientos turísticos más emblemáticos de Pontevedra, que rivaliza con el parador de Baiona en la zona sur, ha quedado en una situación alegal.

Los responsables del negocio, la empresa Balneario del Atlántico, esperan que la situación acabe arreglándose de alguna manera, puesto que un simple error administrativo no puede echar por tierra un proyecto de esa envergadura y que da empleo a 80 personas del entorno.

El alcalde de Oia, Leandro Rodríguez, no sabe de momento por dónde salir. Indemnizar a la empresa por una licencia mal dada supondría la quiebra para las arcas públicas de este Ayuntamiento de 3.000 habitantes.